Sin mayoría independentista
Este eventual ejecutivo de "coherencia soberanista" podría sumar, según sus cálculos, hasta 59 diputados. Para lograrlo debería rehacer los puentes -ahora "débiles", según reconoció- entre las fuerzas separatistas que dominaron durante esta década que alcanzó su clímax en el convulso otoño de 2017.
Dichas fuerzas, Junts, Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) -el partido del actual presidente regional, Pere Aragonès- y la CUP, una formación de izquierda radical independentista, alcanzaron 74 escaños en las anteriores elecciones.
Ni siquiera agregando los dos diputados que logró Alianza Catalana -una nueva formación separatista de extrema derecha, con la que el resto de partidos aseguró que no pactaría-, el independentismo lograría acercarse a la mayoría absoluta de 68 escaños.
Gran parte del desplome lo sufrió ERC, que pasó de 33 a 20 diputados.
Presidente de un gobierno regional que apenas duró tres años, Aragonès anunció este lunes su marcha de la primera línea política, tras los malos resultados electorales. Y aseguró que su formación pasará a la "oposición", que "es donde [los] ha situado la ciudadanía".
Contra el bloqueo
Los movimientos de ERC serán, sin embargo, muy observados en los próximos días. Sus 20 diputados no solo han sido cortejados por Junts, sino que serían igualmente socios predilectos para los socialistas, que ya les pidieron, al menos, su abstención para lograr una investidura.