Durante la campaña electoral, Von der Leyen había abierto la puerta a alianzas puntuales con el grupo de la extrema derecha que responde al liderazgo de Meloni.
En España, los conservadores del Partido Popular (PP) ganaron las elecciones y consiguieron 22 escaños, contra 20 para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) del presidente del gobierno Pedro Sánchez, según el 99% de los votos escrutados.
El partido de extrema derecha Vox llegó en tercer lugar con seis eurodiputados.
España ha encadenado en poco más de un año elecciones municipales, regionales, nacionales y ahora europeas, y cada una tiene sabor a revancha de la anterior.
"Es importante que con nuestro voto decidamos si queremos una Europa que avance o una Europa que retroceda. Y espero que sea lo primero, antes que lo segundo", dijo Sánchez poco después de votar.
En el vecino Portugal, la coalición gubernamental de derecha disputaba codo a codo el primer lugar con la oposición socialista, al tiempo que la extrema derecha de Chega tendría alrededor del 10%, en un lejano tercer lugar.
En Hungría, el partido Fidesz, del ultranacionalista primer ministro Viktor Orban se perfila para obtener su peor resultado en 14 años, pero aún así tuvo más del 43% de los votos.
Fidesz había llegado a estas elecciones con intenciones de voto de casi el 50% de los votos, dejando lejos al principal partido de la oposición, Tisza.
En la vecina Polonia, un votante, Andrzej Zemiejewski, médico de 51 años, aseguró, tras votar en Varsovia, que su preocupación más apremiante era el refuerzo "de la seguridad", ante la proximidad de su país con el escenario de la guerra entre Rusia y Ucrania.
En Polonia, la coalición liberal lanzada por el primer ministro, Donald Tusk, se quedó con alrededor del 38% de los votos, relegando al segundo lugar al ultraconservador partido PiS, con un 33%.