La compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, primera mujer en convertirse en vicepresidenta de Estados Unidos, recorre el país desde hace meses para movilizar a los demócratas sobre este asunto.
Este lunes visitó Arizona, un estado fronterizo con México.
Este estado es uno de los que más puede influir en las elecciones presidenciales. En los últimos meses, se ha visto sacudido por acalorados debates en torno a una ley de 1864 que prácticamente prohibía el aborto y que finalmente fue derogada por su gobernadora demócrata.
Los demócratas también han promovido minirreferendos sobre el aborto en varios estados cruciales en todo el país, para que se celebren el mismo día de las elecciones presidenciales.
El razonamiento es sencillo: podrían movilizar a votantes posiblemente prodemócratas que, de otro modo, se habrían visto tentados de no acudir a las urnas.
Los sondeos los respaldan.
Según una encuesta de Fox News publicada el miércoles, el 47% de los votantes considera que el tema del aborto es "extremadamente importante" a la hora de decidir entre Biden y Trump.
Trump repite una y otra vez que la sentencia de la Corte Suprema fue posible gracias a los nombramientos de magistrados que él hizo, pero se muestra deliberadamente ambiguo sobre el tema.
“Deben seguir su corazón en este asunto, pero recuerden que también deben ganar elecciones", dijo Trump en un mensaje de video a principios de abril.
A modo de ejemplo, el candidato republicano no está haciendo campaña con la promesa, muy impopular, de prohibir el aborto en todo el país mediante una ley federal, como le gustaría a la derecha religiosa.
"Lo mejor que puedes hacer si tu postura es impopular (...) es no aclararla", afirma la profesora Mary Ziegler.
Por todo ello es muy probable que Biden ataque a su rival en este tema durante el primer debate entre ambos, previsto el jueves por la noche.
Con información de AFP y Reuters