Se busca embajador de México en Estados Unidos, estos son los requisitos

Las relaciones entre ambos países serán “absolutamente distintas” dependiendo de quién ocupe la Casa Blanca, señaló Natalia Saltalamacchia, internacionalista y profesora del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). “Todos saben que una segunda presidencia de Trump nos pone en una situación de fricciones y de todos los días, donde la política exterior se va a convertir en una política de apagar incendios”, explicó.

La especialista recuerda que durante los dos últimos años de la primera presidencia del republicano, que coincidieron con los primeros dos años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la relación fue complicada, con amenazas de aranceles públicas.

Lee

Internacional

Una relación permanentemente a prueba: esto espera México de Trump

La relación con el gobierno del demócrata Joe Biden, del que Harris es vicepresidenta, tampoco ha sido sencilla, pero al menos ha sido institucional, recuerda Aribel Contreras, coordinadora de la licenciatura en Negocios Internacionales de la Universidad Iberoamericana.

“No sería fácil, pero al menos sí sería una relación cordial, con respeto”, dijo Contreras, y agregó que la elección de Harris aseguraría una continuidad de las relaciones entre ambos países, aunque la ahora vicepresidenta pueda hacer pequeños cambios a las políticas impulsadas por Biden.

Gane quien gane, el embajador de México en Washington debe cumplir con algunas características. Estas son algunas de ellas.

El perfil del embajador ideal

La embajada en Washington es la más importante para México, por las fuertes relaciones comerciales y económicas entre ambos países, una frontera común de más de 3,000 kilómetros, así como por los 11 millones de ciudadanos mexicanos que habitan del otro lado del Río Bravo.

Quien ocupe esta oficina debe ser, de preferencia, alguien con una amplía experiencia en el Servicio Exterior Mexicano, señalan tanto Saltalamachia como Contreras.

“No se trata nada más es ser carismático o empático, es tener una verdadera trayectoria diplomática, gran experiencia y saber realizar maniobras de esa envergadura”, dijo la académica de la Ibero. “Solamente pudiera ser algún embajador o embajadora de carrera”.

Saltalamacchia dijo que espera que Sheinbaum no otorgué embajadas ni consulados por favores políticos, una tendencia que se observó durante la presidencia de López Obrador.

En esto coincide Juan Carlos Baker, profesor de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, pues dice que quien ocupe la embajada mexicana en Washington debe ser “una persona que tenga una credibilidad intachable”.

“Ha habido casos en donde se mandaron nombramientos políticos, no que eso desacredite a las personas que están ahí, pero no necesariamente han sido personas que se han formado en estos corredores de la diplomacia y de la relación bilateral”, dijo el exsubsecretario de Comercio Exterior.

El próximo embajador también debe conocer cómo funciona el sistema político estadounidense y su sistema de equilibrio de poderes, que puede ser muy distinto al mexicano. Por ejemplo, debe saber si una decisión que potencialmente afectará a México es tomada por el Congreso —integrado por la Cámara de Representantes y el Senado— o la Cámara de Representantes.

“Sería ideal que tenga ya acumulada una red de relaciones allá o sea, con autoridades políticas estadounidenses, también con empresarios, con líderes de opinión, con la ONG que son aliadas de México en muchos temas que nos interesan como los derechos de los migrantes, como el tráfico ilícito de armas, que tenga contacto con los grupos de pensamiento que forman la agenda pública en Estados Unidos”, explicó Saltalamacchia, quien también fue directora del Instituto Matías Romero.

Baker señala que el embajador, a diferencia de lo que podría pensarse, no solo debe tener una buena relación con el partido en la Casa Blanca, sino tanto con republicanos como demócratas, pues hay miembros de ambos partidos que toman decisiones que afectan a los mexicanos.

“Por supuesto los gobernadores, sobre todo aquellos que están en la frontera, tienen una parte importante, una opinión importante sobre cómo se maneja la relación bilateral. Y ahí tienes de todo, desde California que ha sido un estado muy demócrata desde hace muchos años, hasta Texas, que tienes un gobierno que tradicionalmente ha sido de los republicanos, y te diré que de los republicanos más conservadores”, indicó.

Saltalamacchia subrayó que muchas decisiones importantes para los mexicanos inmigrantes en Estados Unidos son tomadas en los gobiernos locales y no por el gobierno federal.

Otros temas en los que el representante de México debe ser experto son las dinámicas de la migración proveniente de Centro y Suramérica, y el comercio entre México y Estados Unidos, sobre todo porque en 2026 iniciará una revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), un trabajo en el que tendrá que trabajar muy de la mano con el equipo del futuro secretario de Economía, Marcelo Ebrard.

Un trabajo en equipo

El embajador, sin embargo, no estará solo en su trabajo de llevar las relaciones bilaterales en México y Estados Unidos, pues tendrá que estar en coordinación directa con la cancillería y con la presidencia.

“La política exterior hacia Estados Unidos de México siempre se produce un triángulo de autoridades está por supuesto en el ámbito de la Presidenta, pero también está el canciller y el o la embajadora y ahí es bien importante que el embajador tenga una buena relación y comunicación con el próximo canciller, que será Juan Ramón de la Fuente, para evitar las tensiones que hemos visto varias veces en el pasado”, dijo Saltalamacchia.

La profesora del ITAM recordó, por ejemplo, la mala relación que tuvieron la embajadora Martha Bárcena y el entonces canciller Marcelo Ebrard en los primeros años del actual gobierno, aunque señaló que este tipo de tensiones han existido en otras administraciones.

“Es muy importante que el perfil de la persona sea de mucha cercanía o de bastante unterlocución directa con la presidenta, pero también de buena relación de trabajo con el canciller de la Fuente”, aseguró.

Además, será importante el nombramiento del jefe la Unidad para América del Norte, quien trabajará muy de la mano con el embajador en Washington.

“Es importante que haya una persona con mucha capacidad técnica en esta materia que alguien sí, yo diría que algún miembro del Servicio Exterior Mexicano conocedor de nuestra agenda tanto política como consular”, dijo Saltalamacchia.

Aunque reconoce que hay varias personas que cumplen con el perfil, la internacionalista sugirió al cónsul general de México en Los Ángeles, Carlos González Gutiérrez, por su experiencia.

Aribel Contreras, por su parte, recomendó al embajador en retiro Mario Chacón, quien ya estuvo en Washington, fue director general para Europa en la SRE y fue el responsable del área comercial de la representación de México en Ginebra, Suiza. Además, destacó su labor en Proméxico.