"Esta serie de récords aumenta la probabilidad de que 2024 sea el año más cálido jamás registrado", agregó, consecuencia de una mayor concentración de gases con efecto invernadero en la atmósfera, a causa de la actividad humana.
Varios países, como España, Japón, Australia (durante su invierno austral) o varias provincias de China anunciaron esta semana que habían registrado niveles de calor históricos para agosto.
A nivel mundial, agosto de 2024 igualó el récord de temperatura para ese mes establecido en 2023. La temperatura media en esos dos meses fue 1.51 ºC mayor a la media de la era preindustrial (1850-1900) y rebasó el límite objetivo que se había establecido en el acuerdo de París sobre el clima de 2015 (1.50 ºC).
Ese umbral ya ha sido rebasado en trece de los 14 últimos meses, según datos de Copernicus, que difieren levemente de los institutos estadounidense, japonés y británico.
En los doce últimos meses, la temperatura media fue 1.64 ºC más cálida que en la era preindustrial, de acuerdo con Copernicus. El año 2023 se cerró con una anomalía de 1.48 ºC y 2024, también marcado por las olas de calor, las sequías y las inundaciones extremas, tiene muchas posibilidades de convertirse en el primer año completo en el que se supere el umbral de 1,.0 ºC.
Aún así, esa anomalía debería darse, de media, durante varias décadas para considerar que las temperaturas medias globales se han estabilizado en ese nivel. Los registros de Copernicus se remontan a 1940. Pero estas temperaturas no se habían visto en al menos 120.000 años, según datos de la paleoclimatología, obtenidos sobre todo a partir de muestras de hielo y de sedimentos.
Los récords de calor en el planeta son resultado de un sobrecalentamiento inédito de los océanos, que absorbieron el 90% del exceso de calor provocado por la actividad humana.
En la superficie de mares y océanos, que componen el 70% del globo, la temperatura media se ha mantenido en niveles fuera de lo común desde mayo de 2023, lo cual ha facilitado, además, la formación de ciclones.