"Si Hezbolá no responde con su arsenal de misiles de precisión de largo alcance, se deduce entonces que no es capaz de hacerlo", consideró Heiko Wimmen, especialista de la región en el International Crisis Group (ICG).
"O asistimos a una reacción sin precedentes de Hezbolá (...) o es su derrota total", agregó.
Para Sam Heller, analista de Century Foundation, el movimiento se enfrenta ahora a un problema existencial: si no responde, podría alentar a Israel a continuar sus ataques.
"No mostraron los medios que pensábamos tenían", declaró Heller, y admitió que Hezbolá quizá había aparentado, mostrando una imagen exagerada de sus capacidades. Otra posibilidad sería que la mayoría de esos elementos hubieran sido destruidos por los israelíes.
En cualquier caso, su fama resultó resquebrajada.
"No hay palabras para describir el golpe contundente que significará para Hezbolá y para todo el país", apuntó Amal Saad, investigadora libanesa de la Universidad de Cardiff.
El movimiento tendrá que responder para salvar la cara y "animar a sus partidarios", pero también evitar que su respuesta no acarree "muchas bombas contra Beirut y todo Líbano", señaló.
Sin embargo, aunque Hezbolá parezca "paralizado" por sus recientes derrotas, dista mucho de estar muerto, advirtió Mohanad Hage Ali, del Carnegie Middle East Center.