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Harris y Trump en política exterior: más parecidos de lo que quisieran

Los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos ofrecen perspectivas parecidas en algunos temas, como China y el conflicto en Medio Oriente.
lun 04 noviembre 2024 05:05 AM
El candidato presidencial republicano, el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump y el candidato presidencial demócrata, la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, participan en un debate presidencial organizado por ABC en Filadelfia, Pensilvania, EE. UU., el 10 de septiembre de 2024 en una combinación de fotografías de archivo.
Kamala Harris representaría “lo conocido desconocido”, mientras que Donald Trump sería “lo desconocido conocido”.

La actual elección presidencial en Estados Unidos, que concluirá este 5 de noviembre, ha sido una de las más polarizadas de la historia reciente y parece que elige entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump es como elegir entre polos opuestos. Pero en términos de política exterior no parece ser de ese modo.

En esta agenda hay algunos temas en los que ambos candidatos parecen coincidir, como los riesgos que significa para el poderío estadounidense un ascenso de China o apoyar a Israel a la autodefensa ante ataques de grupos respaldados por Irán.

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Un artículo del Barcelona Center of International Affairs (CIDOB) indica, citándo palabras que alguna vez usó el exsecretario de Defensa Donald Rumsfeld, que Kamala Harris representaría “lo conocido desconocido”, mientras que Donald Trump sería “lo desconocido conocido”.

Harris partirá de la agenda de su predecesor, el presidente Joe Biden, aunque con una aproximación que obedece más a los intereses de Estados Unidos que a un marco ideológico. “En cuanto a Trump, no tenemos ni idea de lo que podría traer su carácter temperamental e impredecible”, indica Pol Morillas, director del CIDOB.

Estos son algunos de los principales temas de la agenda internacional que interesan en estas elecciones y cómo cada uno de los candidatos se han posicionado sobre estos temas.

China: el rival en la mira, sin importar quien gane

Uno de los pocos temas en los que hay un acuerdo en la política estadounidense en China. Los dos principales partidos opinan lo mismo: Beijing es una amenaza a la que deben enfrentar con competencia estratégica.

“Quienquiera que gane, habrá una continuación del enfoque antagónico del gigante asiático que impregna cada vez más los debates y políticas nacionales sobre la economía, la tecnología o el cambio climático”, indica Inés Arco Escriche, invetigadora del CIDOB en un artículo.

Sin embargo, demócratas y republicanos difieren en el enfoque y la retórica sobre China.

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Trump ha atacado a Beijing de forma incesante en sus discursos y ha prometido que impondrá masivos aranceles a los bienes provenientes de China, con el ánimo de impulsar la manufactura doméstica. Pero pese a sus declaraciones, también ha indicado que está abierto a buscar acuerdos con el presidente chino, Xi Jinping.

De cierta forma, Biden ha ido más lejos que Trump al prohibir radicalmente las exportaciones de chips de alta tecnología.

El presidente demócrata cederá este tema a su sucesora, la actual vicepresidenta o al expresidente Trump, tras las elecciones del 5 de noviembre.

Harris ha subrayado la reticencia de Trump para tomar medidas similares mientras estuvo en el cargo acusándolo de que "básicamente nos vendió", y que el ejército de China se beneficia de tecnología estadounidense.

Aunque Harris todavía tiene que explicar su política sobre China, en una entrevista de 2023 dijo que la competencia con Beijing "se trata de reducción de riesgos".

“El enfoque de una nueva administración demócrata será gestionar la rivalidad continuando con la estrategia incisiva de la administración Biden, dirigida a imponer aranceles y controles de exportación en sectores estratégicos —incluidas las energías renovables, los semiconductores o los productos médicos— e impulsar la industria estadounidense a través de una mayor inversión”, indica Arco Escriche.

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Trump, en cambio, planea hacer más profunda su política comercial contra China.

Por un lado, el expresidente tiene como objetivo "asegurar la independencia estratégica de China" revocando su estatus comercial de nación más favorecida e imponiendo aranceles del 60% a todos los productos de origen chino, a expensas de un costo estimado para los hogares estadounidenses de casi 2,600 dólares al año.

“Podemos ver una resurrección de medidas similares a la Iniciativa de China, que condujo a la investigación casi persecutoria de académicos chinos y asiáticos en universidades estadounidenses para evitar el robo de propiedad intelectual”, indica la investigadora, quien recuerda que estas medidas han sido señaladas como xenófobas.

Sobre Taiwán, la isla de democracia autónoma que Beijing reclama como parte de su territorio, Trump causó nerviosismo al sugerir que pague por su defensa, comparando a Estados Unidos con una compañía de seguros. Además, culpa a esta isla de “robarse nuestro negocio de chips”.

Como vicepresidenta, Harris ha pedido mantener el statu quo, al afirmar que "apoyamos la autodefensa de Taiwán, en consonancia con nuestra política de larga data”, a pesar de que, de acuerdo con un reporte de Reuters, Xi le pidió a Biden que endurezca su tono y diga que washingtonianas se “opone” a la independencia de la isla.

“La estrategia de ‘patio pequeño y valla alta' ideada por Jake Sullivan se complementará con "amplias coaliciones" para coordinar con los aliados en respuesta a la asertividad china tanto en las disputas de Taiwán como en el Mar de China Meridional”, señala Arco Escriche.

Israel: apoyo sin condiciones, pero con matices

Israel es un tema en el que los dos candidatos parecen estar de acuerdo. Ambos apoyan a Israel política y militarmente y se mantenen firmes contra Irán y sus aliados.

Pero Harris y Trump divergen en cuánta presión ejercer sobre el aliado estadounidense en sus casi 13 meses de guerra, iniciada tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, extendida a Líbano y con ataques de toma y dame entre Israel e Irán.

Harris, al igual que Biden, ha dejado claro que seguirá armando a Israel, distanciándose de los llamados de la izquierda del Partido Demócrata a un embargo de armas por la seguridad de los civiles.

Pero Harris también ha defendido una "autodeterminación" palestina y vio en el asesinato del jefe de Hamás, Yahya Sinwar, una oportunidad para acabar con la guerra en Gaza.

Trump se declara a sí mismo como el presidente más "pro-Israel" de la historia y advierte a los votantes que Harris sería el "más anti-Israel”. El republicano acusó a la administración Biden de intentar injustamente restringir a Israel y dijo que está en contacto regular con el primer ministro Benjamín Netanyahu.

Como presidente, Trump tomó una serie de medidas históricas a favor de Israel, como el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén o los incentivos que dio a países árabes para reconocer al Estado hebreo.

Pero él también tiene una compleja historia con Netanyahu, a quien critica por ser parte del grupo de líderes mundiales que reconocieron la victoria de Biden en las elecciones de 2020, un resultado que Trump rechaza.

Ucrania: el tema más divisivo

Pocos temas dividen tanto a los dos candidatos como Ucrania.

Trump ha hecho mofa de los miles de millones de dólares de ayuda estadounidense a Ucrania, al decir que Rusia, que inició la invasión en febrero de 2022, está destinada a ganar.

En el pasado, el expresidente ha mostrado admiración por el mandatario ruso, Vladimir Putin, quien recientemente calificó a Trump de "sincero" al intentar poner fin a la guerra en Ucrania.

El republicano ha sugerido el retiro de la ayuda estadounidense para forzar a Kiev a hacer concesiones territoriales y acabar con la guerra de forma rápida.

Trump también se ha burlado del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, al llamarlo "el más grande de los vendedores" en referencia a su gestión para obtener la ayuda militar estadounidense, pese a lo cual, ambos sostuvieron una reunión cordial en septiembre.

Harris ha prometido mantener el apoyo a Ucrania y dijo en el debate de septiembre que "si Donald Trump fuera presidente, Putin estaría sentado en Kiev justo ahora”.

“El apoyo occidental a Ucrania fue clave para el fracaso de los propósitos iniciales del Kremlin, pero sabemos que la ayuda a terceros países es crecientemente impopular entre ciertas bases demócratas, para las que el apoyo a las comunidades menos favorecidas pasa por delante del gasto en política exterior”, indica Morillas.

Aliados estadounidenses

En un profundo contraste con respecto a presidentes de ambos bandos, Trump ha cuestionado la utilidad de la alianza atlántica OTAN, que integran desde el inicio de la Guerra Fría varios países occidentales.

Trump incluso dijo en febrero que animaría a los rusos a hacer "lo que quieran" a los miembros de la OTAN que no aporten los fondos para defensa.

“Como antecedente no se puede olvidar que, en su mandato, Trump quiso destruir el orden liberal internacional y salir de acuerdos multilaterales, lo que la administración Biden ha querido restaurar”, indica Pol Morillas, del CIDOB.

Harris ha señalado con frecuencia los comentarios de Trump, y al igual que Biden ha prometido trabajar con los aliados y apoyar a la OTAN.

En su presidencia, Trump se mostró a favor de romper acuerdos internacionales que no le gustan, incluido el acuerdo nuclear con Irán.

También se esperaría de Trump una mayor presión sobre líderes de izquierda en América Latina, sobretodo en Cuba y Venezuela, aunque ni Biden ni Harris parecen desmarcarse de esa política.

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