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Por acción ejecutiva o por legislación, las vías de Trump para cumplir su agenda

El presidente electo tiene varios caminos para hacer realidad las promesas que lo llevaron a la Casa Blanca, como recortes fiscales y la deportación masiva de migrantes.
jue 14 noviembre 2024 05:05 AM
El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, habla mientras se reúne con los republicanos de la Cámara de Representantes en el Capitolio en Washington, EE. UU., el 13 de noviembre de 2024.
Para que sus planes se vuelvan una realidad, Donald Trump cuenta con dos principales caminos: la acción ejecutiva y la aprobación de leyes en el Congreso.

Donald Trump tendrá una agenda ocupada en los primeros meses de su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, pues ha prometido dar vuelta a tres a muchas de las medidas promovidas por su antecesor, el demócrata Joe Biden.

Entre las medidas más llamativas del republicano está la expulsión masiva de millones de migrantes sin documentos, un recorte a la tasa de los impuestos corporativos y la imposición de aranceles a países y regiones que considere un peligro para la economía local estadounidense, como China y México.

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Para que estos planes se vuelvan una realidad, Donald Trump cuenta con dos principales caminos: la acción ejecutiva y la aprobación de leyes en el Congreso. Aunque el primer camino en más rápido, puede enfrentar desafíos en las cortes que impidan su implementación por meses.

Los cambios legislativos son un poco más tardados, pero con una mayoría republicana en ambas Cámaras, es casi seguro que los los conseguirá.

Los temas migratorios dependen de Trump… parcialmente.

La mayor parte de las propuestas de Donald Trump relacionadas con la migración y la seguridad fronteriza pueden llevarse a cabo por medio de órdenes ejecutivas, de acuerdo con un análisis del Peterson Institute for International Economics (PIIE).

Sin embargo, el cumplimiento de las medidas presentadas por Trump requerirá el desvío de fondos de algunos Departamento y agencias gubernamentales, lo que requiere aprobación del congreso.

La promesa más ambiciosa de Trump para la materia migratoria es la deportación masiva de 11 millones de migrantes no autorizados para permanecer en Estados Unidos a través de una campaña militar de varios años.

Para llevar a cabo deportaciones masivas, esta propuesta de política delegaría a los oficiales de policía locales y a los soldados de la Guardia Nacional aportados voluntariamente por los estados republicanos, reasignaría a otros agentes federales a ICE y trasladaría a "miles de tropas actualmente estacionadas en el extranjero" a la frontera entre Estados Unidos y México.

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Para acelerar el ritmo de las deportaciones, esta propuesta de política modificaría los procedimientos de deportación de ICE para permitir redadas en el lugar de trabajo (en lugar de arrestos exclusivamente individuales).

También utilizaría la legislación existente para negar el debido proceso a los migrantes no autorizados y a los presuntos miembros de los cárteles y pandillas de la droga.

Todas estas operaciones pueden ordenarse a través de una acción ejecutiva unidireccional.

Trump planea redirigir el dinero dentro del presupuesto de defensa para financiar este esfuerzo, tal como lo hizo para financiar la construcción del muro fronterizo durante su presidencia. Esto necesitará aprobación del Congreso.

Otras medidas prometidas por Trump, como terminar con la nacionalidad por derecho de nacimiento, la deportación de estudiantes pro-Palestina, terminar con los programas de perdón humanitario a algunas nacionalidad también pueden llevarse a acabo por una acción ejecutiva, pero es probable que reciban desafíos en las cortes, indica el PIIE.

Trump también prometió otorgar una tarjeta de residencia permanente a aquellos no ciudadanos que se gradúen de universidades estadounidenses, lo que les permitiría trabajar y vivir permanentemente en Estados Unidos. Trump no ha dado mucho detalles de este plan, pero para llevarlo a cabo, necesitará de la aprobación del Congreso.

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Reforma fiscal: un cambio aprobado por las cámaras

Trump prometió la extensión de los cambios de la Ley de Reducción de Impuestos y Empleos (TCJA), aprobada en 2017, que expira, así como la devolución de la deducción de impuestos estatales y locales (SALT), la reducción de la tasa impositiva corporativa para la producción nacional, la exención de varios tipos de ingresos del impuesto sobre la renta, la derogación de los créditos fiscales de energía verde y la imposición de nuevos aranceles elevados.

Incluso, hacia el final de su campaña fue mucho más lejos y barajó la posibilidad de eliminar por completo los impuestos sobre la renta. Trump dijo en un programa de Fox News que el país podría volver a las políticas económicas de finales del siglo XIX, cuando no existía el impuesto federal sobre la renta.

“Todo eran aranceles, no había impuesto sobre la renta”, dijo Trump. “Ahora tenemos impuestos sobre la renta, y tenemos gente que se está muriendo. Pagan impuestos y no tienen dinero para pagarlos”.

En junio, Trump planteó la idea de sustituir los ingresos federales procedentes del impuesto sobre la renta por dinero procedente de los aranceles.

El republicano no ha dado detalles concretos de cómo funcionaría, y no está claro si quiere eliminar todos los impuestos federales, incluidos los impuestos sobre la renta de las empresas y los impuestos sobre las nóminas, o solo acabar con el impuesto sobre la renta de las personas físicas.

Para llevar a cabo cualquier plan sobre impuestos, Trump deberá someter su propuesta a la aprobación del Congreso y, aunque esté controlado por los republicanos, será complicado que se apruebe un desmantelamiento del impuesto sobre la renta.

Aranceles: un tema espinoso

Los aranceles a la importaciones provenientes de China y otros países, como México, son uno de los ejes de la campaña de Trump.

"Para mí 'aranceles' es una muy linda palabra", lanzó Donald Trump durante la campaña electoral que lo devolvió a la Casa Blanca.

Además de un alza de hasta 20% de los aranceles para todos los productos importados, el exmandatario que se convertirá nuevamente en presidente en enero, apunta específicamente a China, con impuestos de 60% al ingreso de sus mercaderías a Estados Unidos.

“La Constitución otorga al Congreso el poder de regular el comercio con naciones extranjeras y para estar y recolectar sus obligaciones”, indica un documento del Confesional Research Service actualizado al 15 de octubre de 2024.

Desde la década de 1930, el Congreso estadounidense ha autorizado periódicamente al presidente a negociar acuerdos comerciales y, entre otras acciones, proclamar cambios en las tasas arancelarias de los Estados Unidos, conocidas como Autoridad de Promoción Comercial (TPA).

Una TPA vigente desde 2015 y hasta julio de 2021 permitía a los presidentes proclamar cambios limitados en las tarifas arancelarias de los Estados Unidos sin más acción del Congreso, como lo hizo Trump varias veces durante su primer mandato (2017-2021), por ejemplo sobre el acero y el aluminio provenientes de China y Europa.

El presidente demócrata Joe Biden también lo hizo con algunos productos chinos.

Trump tiene un margen adicional de maniobra: tendrá mayoría absoluta en la Cámara de Representantes, además de en el Senado, en un Congreso con prerrogativas en materia comercial.

Desaparecer el Departamento de Educación no será fácil

El presidente electo Donald Trump ha prometido abolir el Departamento de Educación de Estados Unidos. Durante la campaña electoral, señaló repetidamente a la agencia como un símbolo de la extralimitación del gobierno federal en la vida cotidiana de las familias estadounidenses.

“Drenaremos el pantano de la educación gubernamental y detendremos el abuso del dinero de los contribuyentes para adoctrinar a la juventud de Estados Unidos con todo tipo de cosas que no queremos que nuestros jóvenes escuchen”, dijo Trump.

Cerrar esta u otra agencia gubernamental requiere pasar una ley en el Congreso.

Durante el primer mandato de Trump como presidente, su administración propuso fusionar los departamentos de Educación y Trabajo en una sola agencia federal. Aunque los republicanos controlaban tanto el Senado como la Cámara de Representantes en ese momento, la propuesta no prosperó.

Aunque los republicanos controlen ambas cámaras en 2025, no está tan claro que la legislación cuente con el apoyo suficiente dentro del Partido.

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