El viaje ocurre en un contexto de crecientes tensiones comerciales después de que Trump amenazara esta semana con imponer un arancel del 25% a las importaciones provenientes de Canadá y México. Según el presidente electo, la medida busca presionar a ambos países para controlar el flujo de drogas, particularmente fentanilo, y de migrantes hacia Estados Unidos.
Dominic LeBlanc, ministro de Seguridad Pública de Canadá, acompaña a Trudeau en el viaje, según informó la cadena CBC. Los líderes tienen previsto discutir el impacto económico de los posibles aranceles, que no eximirían al petróleo crudo, uno de los principales productos de exportación de Canadá.
Impacto económico y político
Canadá, el cuarto mayor productor mundial de petróleo, exporta la mayor parte de sus 4 millones de barriles diarios de crudo a Estados Unidos.
Dos fuentes cercanas al plan de Trump, citadas por Reuters, confirmaron que los aranceles propuestos no excluirían el crudo canadiense, lo que podría tener un fuerte impacto en la economía de Canadá.
Además, la popularidad de Trudeau ha caído debido a una desaceleración económica y al aumento en el costo de vida, y encuestas recientes indican que su Partido Liberal podría perder frente al opositor Partido Conservador en las elecciones de 2025.
Las encuestas recientes muestran que los liberales de Trudeau perderían frente al opositor Partido Conservador en las elecciones federales previstas para 2025. Ante este panorama, Trudeau ha intentado consolidar apoyo político interno al convocar esta semana una reunión con los primeros ministros de las 10 provincias canadienses para trazar una estrategia conjunta frente a las amenazas de Trump.
Reacciones internacionales
Las posibles sanciones no solo han generado preocupación en Canadá, sino también en México y China, además de importantes grupos industriales. Advierten que los aranceles podrían provocar un aumento en la inflación, perjudicar los mercados laborales y ralentizar el crecimiento económico en los países involucrados.
La reunión entre Trudeau y Trump será un termómetro de las relaciones entre ambos países a medida que se aproxima la transición presidencial en Washington, y pone a prueba la capacidad de ambos líderes para negociar en medio de una relación bilateral marcada por intereses económicos críticos y una historia reciente de tensiones comerciales.