Agenda apretada
La salud del pontífice copaba el martes todas las portadas de los grandes diarios italianos. "La hospitalización del papa Francisco se prolonga", titulaba Il Corriere della Sera. La Repubblica destacó su "cuadro clínico complejo".
Varios de los peregrinos y turistas congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano afirmaron que estaban rezando por la pronta recuperación del pontífice.
"Espero que se recupere pronto. Confío en el tratamiento médico del hospital y espero que lo hagan lo mejor posible", declaró a AFP Birgit Jungreuthmayer, una turista austriaca de 48 años.
Pese a los reiterados problemas de salud de los últimos años, entre ellos de cadera, dolores en la rodilla que le obligan a ir en silla de ruedas, operaciones o infecciones respiratorias, el argentino Jorge Bergoglio ha mantenido una cargada agenda y declaró que no tenía intención de bajar el ritmo.
En septiembre de 2024 realizó una gira de doce días por cuatro países de Asia y Oceanía, el mayor viaje de su papado en duración y distancia.
Antes de su hospitalización el viernes, el jefe del Iglesia católica, a quien se le extirpó una parte de un pulmón cuando era joven, apareció debilitado, con el rostro hinchado, la voz entrecortada y había delegado en varias ocasiones en sus asistentes la lectura de sus discursos.
El domingo siguió la misa por televisión desde el hospital y envió un mensaje escrito durante el Ángelus.
"Me habría gustado estar entre vosotros, pero como sabéis, estoy aquí en el Policlínico Gemelli porque aún necesito un tratamiento para mi bronquitis", escribió Francisco.
Desde su elección, el jesuita ha dejado siempre abierta la opción de dimitir en el caso de que su salud le impidiera seguir desempeñando sus funciones.
Su antecesor, Benedicto XVI, sorprendió al mundo en 2013 convirtiéndose en el primer papa desde la Edad Media en renunciar, alegando problemas de salud.