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“Tengo miedo de regresar con las manos vacías”, dicen inmigrantes en EU

Karla y Mario, quienes tienen 2 décadas de vivir como inmigrantes en EU, comparten cómo han vivido este primer mes bajo la nueva presidencia de Donald Trump.
jue 20 febrero 2025 07:35 AM
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La imagen corresponde al 28 de enero del 2025 durante una manifestación para oponerse a posibles redadas del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE).

“Llegué en el 2005 lleno de ilusiones, sin imaginar que llegaría a una vida truncada. El venir aquí es como cuando vas al colegio. O vas a estudiar y te superas o simplemente vas a calentar el lugar”, relata Mario, quien está por cumplir dos décadas de vivir en suelo estadounidense y la segunda era del presidente Donald Trump, quien el 20 de febrero cumple un mes al mando.

Llegó como indocumentado en una fecha emblemática para los mexicanos, el 10 de mayo. Ahora trabaja en instalar líneas de drenaje y desagüe para captar agua de lluvia en Houston, Texas.

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Mario comparte con Expansión, vía Messenger, que su rutina comienza a las 04:00 horas y regresa a casa a las 20:00 horas. Y sus días de descanso, que regularmente son los domingos, los destina a vender bolsas artesanales que le envían desde México con el objetivo de obtener más ingresos.

“Hay una fea costumbre que aprendemos los latinos aquí en EU que es caer en el consumismo. Tenemos muchas facilidades de obtener crédito y endeudarnos. Tomando un callejón sin salida”, comparte el hombre de 46 años. Entre sus gastos, renta, comida y gasolina para su camioneta destina aproximadamente 1,680 dólares al mes.

Sobre cómo está viviendo el segundo mandato de Trump, Mario asegura que hasta el momento no ha tenido ningún altercado con las autoridades. “Por el tiempo que tengo aquí; conozco bien los alrededores, así que nervios no tengo. Sí lamentaría que me agarraran. Pero si no tienes problemas con la ley, como deber multas, que te paren manejando ebrio, con drogas o alguna otra felonía; no hay porque preocuparse. A parte de que hay que estar bien con los impuestos anuales”.

Mario, originario del Estado de México, asegura que la ocasión anterior en la que gobernó el republicano, “todos los inmigrantes nos asustamos; igual muchos regresaron a sus países por el miedo”; y a pesar de que las redadas para deportar migrantes se está incrementando, el hombre no se ha dado a la tarea de resolver su situación porque resulta costoso pagar abogados.

Espera que una de sus dos hijas, quien tiene 13 años y nació en EU, pueda solicitar su residencia, “solo hay que esperar hasta que tenga 22 años; esa es la edad que se considera como adulto aquí”. Su segunda hija es beneficiaria del programa DACA, un programa creado en 2012 que brinda protección contra la deportación a las personas que llegaron al país cuando aún eran menores de edad.

Respecto al envío de remesas, quien para respetar su identidad elige el nombre de Mario, “porque según me parezco a Mario Bros”, asegura que espera en marzo retomar el envío de enviar cada semana 50 dólares a su hermana, algo que pausó por problemas de salud.

Y la verdad, tengo muchas ganas de regresar a México. Pero tanto a mi como a muchos; nos da miedo regresar con las manos vacías
Mario, inmigrante en Texas

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Historias como la de Mario están en varias partes, como la de Karla, quien vive con su familia a dos horas de Sacramento, California, y aunque no se han incrementado las redadas hasta esa fecha, menciona que ha “tomado medidas de cuidado”.

Karla habló con Expansión a través de una llamada por WhatsApp la noche del 5 de febrero, durante su día de descanso. Ella trabaja en una cocina, actividad, que, confiesa, “me gusta y no se me hace pesado”.

Originaria de Ecatepec, Estado de México, viajó a Tijuana, Baja California, junto con su hermana hace 21 años, y cada una le pagó 1,500 dólares a un pollero por cruzarlas. La inseguridad y la precariedad laboral la motivaron a arriesgar su vida en un viaje que compartió junto a decenas de personas.

Ante el cuestionamiento de las redadas y el riesgo de ser deportada, la madre de familia acepta que “sí, se está complicando todo. No he podido regresar a México porque no he podido tener un estatus legal. Actualmente estoy en trámites, pero por mucho tiempo, todavía falta mucho tiempo para ponerlo en lugar.

Entonces, no he podido regresar a México. Me arrepiento porque allá está mi papá, allá está toda mi familia, mis amigos; pero cuando uno ya se va involucrando aquí, ya te vas haciendo la idea.
Karla, inmigrante en EU residente en California

Karla tiene dos hijas, ellas son ciudadanas estadounidenses. Una tiene 14 años, la otra 15. “Hace apenas unos días me dijeron: 'mamá, vamos a la tienda, les dije que no por el temor a ser detenida y deportada'”.

Respecto a su estatus legal, Karla comparte que ya se separó de su pareja y que está en proceso de solicitar la VISA U, aunque está consciente de que esto tardará, por lo que ahora se enfoca en su trabajo y no salir a actividades que no son necesarias.

El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés) recuerda que el gobierno de EU creó la visa de No Inmigrante U mediante la aprobación de la Ley de Protección a Víctimas de la Trata de Personas y Violencia (incluyendo la Ley de Protección de Mujeres Inmigrantes Abusadas) en octubre de 2000.

“Esta legislación está dirigida a fortalecer la capacidad de las agencias del orden público para investigar y procesar judicialmente los casos de violencia doméstica, abuso sexual, tráfico de extranjeros y otros crímenes, a su vez que protege las víctimas de los crímenes que han sufrido abuso mental o físico sustancial producto de dichos crímenes y están dispuestas a ayudar a las autoridades del orden público en la investigación y prosecución de la actividad criminal”.

Karla y Mario comparten medidas de cuidado: evitar estar mucho tiempo en la calle, solo se trasladan de la casa a su trabajo y viceversa.

Uno de los principales objetivos de Donald Trump es expulsar a 20 millones de migrantes indocumentados, situación que pone en riesgo diversos aspectos, desde la mano de obra en distintos sectores económicos de la nación estadounidense, hasta el envío de remesas, siendo México uno de los principales países receptores.

NOTA DE LA EDITORA: Los nombres utilizados en este texto no son los reales, pero se utilizaron estos para proteger la identidad de los testimonios.

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