Mark Carney se convertirá en primer ministro en los próximos días tras un traspaso de poder, una vez que se forme el gobierno.
"No podemos permitir que Trump gane", advirtió Carney durante su discurso de victoria en Ottawa.
"Los estadounidenses quieren nuestro país", añadió, y planteó que Canadá debe "construir una nueva economía y crear nuevas relaciones comerciales", a propósito de las fuertes tensiones con el presidente estadounidense Donald Trump.
Carney era favorito desde enero, cuando se conoció la renuncia de Trudeau, tras 10 años en el poder y en pleno caos político.
El exdirector del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra superó a sus rivales en cantidad de fondos recogidos, ahora deberá cargar sobre su espalda la responsabilidad de enfrentar a Trump y sus ataques.
"Estamos confrontados a la crisis más grave de nuestra existencia. Todo, en mi vida, me preparó para este momento", había declarado Carney en su último acto electoral el viernes.
Su mensaje buscaba posicionarlo como un hombre con experiencia habituado a gestionar crisis, lo que parece haber surtido efecto en medio de una crisis histórica con su vecino.
Trump no solo lanzó una guerra arancelaria contra sus vecinos del acuerdo de libre comercio de América del Norte, sino que no para de decir que quiere que Canadá sea el estado 51 de Estados Unidos.
Estos ataques exasperan a los canadienses, muchos de los cuales dejan de viajar a Estados Unidos y boicotean los productos estadounidenses.