El nuevo primer ministro de Groenlandia calificó la visita estadounidense como una "falta de respeto" y exhortó a la unidad frente a las "presiones del exterior".
La llegada de la delegación sin coordinación con las autoridades locales generó críticas tanto en Nuuk como en Copenhague.
El rey de Dinamarca, Federico X, expresó su respaldo a Groenlandia a través de redes sociales: "Vivimos en una realidad alterada. No debe haber ninguna duda de que mi amor por Groenlandia y mi conexión con el pueblo groenlandés están intactos".
La delegación estadounidense, integrada también por la esposa del vicepresidente, Usha Vance, el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, y el secretario de Energía, Chris Wright, tenía previsto asistir a una carrera de trineos tirados por perros. Sin embargo, las protestas y la falta de invitación por parte de las autoridades obligaron a cancelar cualquier actividad fuera de la base militar.