La cooperación entre ambos gobiernos se intensificó especialmente en materia migratoria. El Salvador recibe a cientos de migrantes deportados por Estados Unidos, muchos de ellos enviados a una megacárcel de alta seguridad, bajo el argumento de que pertenecen a pandillas, aunque algunas de las acusaciones no se acompañan de pruebas.
“De hecho, señor presidente, tiene que liberar a 350 millones de estadounidenses de los delincuentes pero para ello tiene que encarcelar a algunos. Así es como funciona, ¿no?”, afirmó Bukele, en línea con el discurso de mano dura que ambos mandatarios comparten.
La Casa Blanca justifica estas deportaciones invocando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, un instrumento legal que históricamente solo se utilizó en tiempos de guerra. Según la administración estadounidense, el primer grupo enviado a El Salvador, con más de 200 personas, implicó un pago de seis millones de dólares. El último grupo, compuesto por diez migrantes, fue trasladado el fin de semana anterior.
Consultado sobre si enviará más personas bajo este esquema, Trump respondió: “Tantos como sea posible”. Incluso deslizó la posibilidad de expulsar ciudadanos estadounidenses: “Estoy a favor, porque podemos hacer cosas con el presidente por menos dinero y tener una gran seguridad. Y tenemos una enorme población carcelaria”.
“No tengo el poder”
Uno de los temas más delicados durante el encuentro fue el del migrante salvadoreño Kilmar Ábrego García, deportado por “error” , según reconoció el gobierno estadounidense. La justicia ya solicitó su retorno, pero la Casa Blanca se niega a facilitarlo.
“Ningún tribunal de Estados Unidos tiene derecho a dirigir la política exterior de Estados Unidos. Es así de simple, fin de la historia”, zanjó el jefe de la diplomacia Marco Rubio, presente en la reunión, junto con la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, y la fiscal general, Pam Bondi.
Al ser cuestionado por periodistas, Bukele respondió: “¿Cómo puedo enviarlo de vuelta a Estados Unidos? ¿Como si lo hiciera entrar clandestinamente en Estados Unidos? (...) No tengo el poder de enviarlo de vuelta a Estados Unidos”.