La tragedia llevó al candidato liberal y actual primer ministro, Mark Carney, favorito en las encuestas, a cambiar la agenda de su último día de campaña para concentrarse en el incidente.
Su rival conservador, Pierre Poilievre, también se refirió al hecho desde Ontario: un "acto de violencia sin sentido" frente al cual "todos los canadienses se han unido en solidaridad con la comunidad filipina".
La campaña estuvo dominada por dos temas centrales que han generado un terremoto en el país: la guerra comercial y las amenazas de anexión del presidente estadounidense.
De acuerdo las encuestas, los canadienses consideran a Carney —exgobernador de los bancos centrales de Canadá y Gran Bretaña— como el candidato más fuerte para asumir el reto de un enfrentamiento con el presidente estadounidense.
"Sin ofender a Trump"
"Es una cuestión existencial que enfrentamos", declaró el domingo a la AFP Brian Carr, un jubilado de Ottawa, refiriéndose a la hostilidad estadounidense.
Para él, Carney "podrá establecer una relación personal con Trump" para "no ofenderlo" y defender así "la soberanía de Canadá".
Leanne McGovern, urbanista de 54 años residente en la capital federal, afirmó sentirse tranquila por la experiencia del liberal en "la gestión de crisis". "Es un líder muy fuerte", señaló.
Desde que reemplazó a Justin Trudeau como primer ministro a mediados de marzo, Carney ha intentado convencer a los votantes de que su trayectoria lo convierte en el candidato ideal para hacer frente a los desafíos planteados por la política de Trump, en particular los aranceles que impuso a las importaciones de Estados Unidos, que ya afectan a sectores clave de Canadá como el automotor y el acero.