El gabinete de seguridad de Israel aprobó un nuevo plan militar para expandir sus operaciones en la Franja de Gaza, con el objetivo de derrotar a Hamás, mantener el control del territorio palestino y forzar el desplazamiento de la población civil hacia el sur del enclave.
Así lo confirmó un alto funcionario a AFP este lunes, en medio de una escalada en el conflicto que estalló tras el ataque del 7 de octubre de 2023.
"El plan incluirá, entre otras cosas, la conquista de la Franja de Gaza y mantener los territorios", dijo la fuente, que también mencionó el traslado forzado de civiles hacia el sur "para su protección".
La decisión se tomó de forma unánime por el gabinete de seguridad, integrado por el primer ministro Benjamin Netanyahu y varios ministros. Según el funcionario consultado por AFP, Netanyahu también “sigue apoyando” la idea del expresidente estadounidense Donald Trump de promover una “emigración voluntaria” de los gazatíes hacia países vecinos como Egipto o Jordania, propuesta que ambos gobiernos lo rechazaron en reiteradas ocasiones.
El plan contempla intensificar la ofensiva militar en Gaza, lo cual incluye el despliegue de decenas de miles de reservistas, cuya movilización fue anunciada el domingo por el ejército israelí. También establece una ventana de negociaciones para la liberación de rehenes hasta mediados de mayo, en coincidencia con la visita de Trump a Medio Oriente entre el 13 y el 16 de este mes.
El funcionario aseguró que el objetivo es asestar "golpes poderosos a Hamás", sin especificar el tipo de operaciones previstas. Asimismo, indicó que el gobierno israelí considerará "la posibilidad de realizar distribuciones humanitarias, si fuera necesario", para evitar que Hamás se apropie de la ayuda y conserve su capacidad de gobernanza.
Desde el 2 de marzo, Israel mantiene un bloqueo estricto en Gaza, lo que provoca una crisis humanitaria denunciada por múltiples agencias internacionales. Pese a que las autoridades israelíes argumentan que “actualmente hay suficiente comida” en el territorio, organizaciones humanitarias y agencias de la ONU han advertido que la población enfrenta hambre, enfermedades y un colapso generalizado de los servicios básicos.
Este lunes, Hamás rechazó el plan de distribución de ayuda y lo calificó como "chantaje político", al tiempo que culpó a Israel de la "catástrofe humanitaria" que afecta a los 2.4 millones de habitantes del enclave. El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) también criticó la medida y advirtió que es "contraria a los principios humanitarios".
El Foro de las Familias de los rehenes israelíes secuestrados el 7 de octubre expresó su indignación. En un comunicado, acusó al gobierno de sacrificar a los cautivos.
“Esta mañana, el gobierno reconoció que escoge el territorio en lugar de los rehenes, al contrario de lo deseado por más del 70% de la población”, señaló la organización.
Actualmente, Hamás mantiene en cautiverio a 58 personas, de las 251 secuestradas durante el ataque que dejó un saldo de 1,218 personas muertas en Israel, según un balance de AFP basado en datos oficiales.
En respuesta, la operación militar israelí ya causó la muerte de al menos 52,567 personas en Gaza, la mayoría civiles, de acuerdo con el Ministerio de Salud del enclave.
La aprobación del plan ocurrió pocas horas después de que un misil lanzado por los rebeldes hutíes de Yemen impactó cerca de la pista del principal aeropuerto de Israel, próximo a Tel Aviv. El ataque fue reivindicado por los hutíes, un grupo aliado de Hamás y respaldado por Irán.
“La raíz del problema está en Gaza”, opinó Yossi Gershon, un funcionario de 36 años entrevistado por AFP. “Creo, como ciudadano israelí, que es inteligente ocuparse por fin de la raíz del problema”, añadió.
Israel rompió una tregua el 18 de marzo y desde entonces intensificó sus bombardeos y operaciones terrestres en el norte del territorio. Este lunes, la Defensa Civil de Gaza informó que 19 personas murieron por ataques aéreos israelíes en esa zona.
Desde Bruselas, la Unión Europea expresó su preocupación por las implicaciones del plan aprobado por el gobierno israelí. En un comunicado, advirtió que esto podrá traducirse en “más heridos y sufrimientos para la población palestina” y llamó a Israel a ejercer la “máxima moderación”.
Con información de AFP
