El ministro indio de Relaciones Exteriores, Vikram Misri, acusó a Pakistán de violar el acuerdo alcanzado ese mismo día. "Pedimos a Pakistán que tome las medidas adecuadas para hacer frente a estas violaciones y afronte la situación con seriedad y responsabilidad", afirmó en rueda de prensa.
En respuesta, el ministro paquistaní de Información, Attaullah Tarar, declaró a la emisora Geo News que "por ahora no ha habido ninguna violación del alto el fuego".
El conflicto entre las potencias nucleares del sur de Asia es el más grave en casi tres décadas y elevó el temor a una guerra a gran escala en una región densamente poblada. Durante los cuatro días previos al alto el fuego, ambos países se atacaron mutuamente sus bases militares y el número de víctimas civiles ascendió a 66.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró el acuerdo y publicó en X: "Después de una larga noche de conversaciones con la mediación de Estados Unidos, me complace anunciar que India y Pakistán han acordado un CESE AL FUEGO COMPLETO E INMEDIATO".
A pesar del pacto, dos fuentes del gobierno indio informaron a Reuters que las medidas punitivas impuestas por India y correspondidas por Pakistán —suspensión del comercio y cancelación de visas— seguirán vigentes. También permanece en suspenso el Tratado de 1960 sobre las Aguas del Indo, un acuerdo fundamental para el reparto de agua en la región.
Marco Rubio, secretario de Estado estadounidense, afirmó que el alto el fuego incluye no solo el cese de los combates, sino también la apertura de conversaciones sobre un conjunto más amplio de temas en un "lugar neutral".
La noticia del acuerdo fue recibida con alivio en ambos lados de la frontera. "El alto el fuego es un paso positivo", declaró Bilal Shabbir, consultor en la Cachemira paquistaní. Sin embargo, en Srinagar, Sukesh Khajuria mostró cautela: "El alto el fuego es bienvenido, pero es difícil confiar en Pakistán. Tenemos que estar alerta".
Desde la independencia del dominio británico en 1947, India y Pakistán han librado tres guerras, dos de ellas por Cachemira. Nueva Delhi acusa a Pakistán de apoyar a grupos militantes islamistas en la región, mientras Islamabad niega las acusaciones y asegura que solo brinda apoyo moral, político y diplomático a los separatistas cachemires.
En los últimos días, ambas partes han reclamado victorias militares. Fuentes paquistaníes afirman haber derribado cinco aviones indios, mientras que India asegura haber destruido cientos de drones paquistaníes.
A pesar de la tregua, la tensión sigue latente y la desconfianza mutua pone en duda la sostenibilidad del acuerdo.
Con información de Reuters y AFP.