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La investigación Robert Kennedy Jr. sobre el autismo alerta a los científicos

El secretario de Salud de Estados Unidos encarga una investigación sobre las causas de este trastorno y para atacar las “causas”.
mié 14 mayo 2025 05:55 AM
Estados Unidos El Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., habla junto al presidente Donald Trump durante una conferencia de prensa en la Sala Roosevelt de la Casa Blanca el 12 de mayo de 2025, en Washington, DC. Durante el evento, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva destinada a reducir el costo de los medicamentos recetados y los productos farmacéuticos del 30% al 80%.
La organización estadounidense Autistic Self Advocacy Network, acusó al departamento de Salud de querer "producir investigaciones falseadas y fraudulentas que apoyan las creencias preexistentes de Kennedy y Trump sobre la relación del autismo y las vacunas”.

La comunidad científica se mueve entre la perplejidad y la inquietud tras el anuncio del secretario de Salud estadounidense, Robert Kennedy Jr, de un gran "estudio" que revelará en unos meses las "causas" de una "epidemia de autismo”.

El 16 de abril, Kennedy Jr. dijo que que encargaría una serie de estudios para identificar los factores ambientales que contribuyen al autismo y que, según él, están relacionados con su creciente prevalencia en el país.

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En su primera rueda de prensa desde que es secretario de Salud y Servicios Humanos, Kennedy dijo que los estudios se centrarán en el moho, el aire, el agua, los alimentos, los medicamentos, las ecografías y los factores de riesgo de los padres, como la edad, la obesidad y la diabetes.

Los planes del gobierno para los estudios incluyen analizar la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola y el autismo, informó antes la agencia Reuters. Estudios científicos anteriores no han encontrado ninguna relación entre las vacunas y el autismo.

“Sabemos que es una exposición ambiental. Tiene que serlo”, insistió Kennedy, quien aseguró también "eliminar" las causas de la “epidemia de autismo”.

Para encabezar esta invertigación, Kennedy Jr. contrató al teórico de la conspiración de las vacunas David Geier, sometido en el pasado a un expediente disciplinario por practicar la medicina sin licencia.

"Para septiembre sabremos qué ha causado la epidemia de autismo", dijo el secretario de Salud.

Sin embargo, Jay Bhattacharya, director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), dijo a la prensa el 22 de abril que el cronograma prometido no se refería a un descubrimiento, sino al lanzamiento de una nueva investigación sin fecha límite para dar resultados.

"Esperamos que para septiembre publiquemos la convocatoria de propuestas y convoquemos un concurso entre científicos de todo el país", explicó.

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El plazo para la obtención de los resultados "es difícil de predecir", aclaró, pero insistió en que su equipo estaba "reduciendo la burocracia" para eliminar obstáculos en el proceso.

Los NIH de Estados Unidos y los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) anunciaron unas semanas después, el 7 de mayo, que se asociaron para investigar las causas del trastorno del espectro autista, a través de la creación de una base de datos de beneficiarios de ambos programas diagnosticados de autismo.

La asociación ayudará a los NIH a crear una plataforma de datos reales que permita la investigación avanzada a través de información sobre reclamos, historiales médicos electrónicos y dispositivos portátiles de seguimiento de la salud.

En primer lugar, se centrará en la investigación de las causas profundas del autismo y, a largo plazo, vinculará los datos a la investigación de otros males crónicos. Según las agencias, el proyecto respetará la legislación vigente en materia de privacidad.

"Estamos descorriendo el telón, con total transparencia y responsabilidad, para ofrecer las respuestas sinceras que las familias llevan esperando demasiado tiempo", declaró en un comunicado el secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr.

Un aumento en la incidencia de autismo

El autismo es un trastorno neurológico y del desarrollo caracterizado por alteraciones de la señalización cerebral que hacen que las personas se comporten, se comuniquen, interactúen y aprendan de forma atípica.

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Kennedy habló un día después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidenses publicaron un análisis de datos que mostraba que la prevalencia del trastorno del espectro autista en el país entre niños de 8 años en 2022 había aumentado a 1 de cada 31. Los datos se publicaron en el informe semanal de los CDC.

Para los especialistas, de ninguna manera se debe hablar de “epidemia".

"Es importante hacer una distinción entre la prevalencia real, que corresponde al estado de salud de la población y que parece estable, y la prevalencia medida", dijo Hugo Peyre, psiquiatra infantil en el Centro Hospital Universitario (CHU) de Montpellier, Francia, en entrevista con AFP.

Aunque la prevalencia medida "aumenta de manera espectacular desde el inicio de los años 2000", eso no quiere decir "que los niños estén más enfermos", agregó.

El incremento se explica sobre todo por la ampliación de los criterios de diagnóstico del autismo y un mejor conocimiento de los profesionales.

"Los criterios de diagnóstico cambiaron drásticamente en las últimas décadas, pues se toma más en cuenta en las últimas décadas a las personas sin deficiencia intelectual y hay una mejor detección entre las niñas", añade Thomas Bourgeron, responsable de la unidad de genética humana y funciones cognitivas en el Instituto Pasteur, a la agencia francesa.

"Los profesionales de la salud y las familias están mucho más atentos a los trastornos del espectro del autismo", subraya por su parte Peyre.

De acuerdo con los investigadores, las diferencias en la prevalencia en el tiempo y entre los distintos lugares pueden reflejar diferentes prácticas de detección y diagnóstico del autismo, así como la disponibilidad de servicios.

"Es más probable que la tasa real o verdadera de autismo (en Estados Unidos) se acerque más a lo que este informe ha identificado en California o Pensilvania", dijo Walter Zahorodny, coautor del estudio, de la Universidad Rutgers de Nueva Jersey, a Reuters.

El especialista puso como ejemplo el caso de California, estado que cuenta con un programa de cribado e intervencion precoz bastante eficiente.

"El problema es que no hay muchas investigaciones que nos den una indicación sólida de qué está impulsando el aumento", agregó Zahorodny.

Preocupación en la comunidad cientifica

El autismo, enfermedad compleja de amplio espectro, está muy estudiada y los médicos se preguntan desde hace tiempo sobre su origen.

Aunque no existe hasta el día de hoy una causa única identificada, se han propuesto varios factores como una neuroinflamación, la toma de algunos medicamentos como el antiepiléptico Depakine durante el embarazo o predisposiciones genéticas.

"Cerca de 200 genes fueron asociados al autismo y cerca del 80% de los casos de autismo pueden estar relacionados con mutaciones genéticas", dijo Thomas Bourgeron.

En la actualidad, los investigadores estudian cómo los factores ambientales pueden actuar de forma independiente y en combinación con los genes para causar autismo, señaló la Fundación Científica del Autismo en un comunicado.

Por ejemplo, la semana pasada un estudio añadió más pruebas de que la diabetes durante el embarazo está relacionada con un mayor riesgo de problemas cerebrales y del sistema nervioso en los niños, incluido el autismo.

Trump lanzó hipótesis contrarias a los conocimientos científicos. "Es posible que sea necesario que dejemos de tomar algo, comer algo, o tal vez es una vacuna", declaró.

La organización estadounidense Autistic Self Advocacy Network, acusó al departamento de Salud de querer "producir investigaciones falseadas y fraudulentas que apoyan las creencias preexistentes de Kennedy y Trump sobre la relación del autismo y las vacunas”.

"Es fundamental saber que no hay pruebas científicas que respalden la relación entre las vacunas y el autismo", afirmó Lang Chen de la Universidad de Santa Clara en California, quien estudia las redes cerebrales implicadas en las dificultades de aprendizaje y el autismo, pero no participó en el estudio de los CDC.

Walter Zahorodny señaló que las tasas de vacunación disminuyeron en los últimos años mientras que los diagnósticos de autismo aumentaron.

La investigación de Kennedy fue anunciada en un momento en el que un brote de sarampión en Estados Unidos superó los 1,000 casos confirmados, con tres muertes hasta el momento.

El brote surgió a finales de enero en una zona rural de Texas donde vive una comunidad religiosa menonita, una población ultraconservadora y con una tasa baja de vacunación. Recuerda al de 2019 (con más de 1,200 casos pero sin muertes) registrado en las comunidades judías ortodoxas de Nueva York y Nueva Jersey.

La vacuna contra el sarampión es obligatoria en Estados Unidos, pero los ciudadanos de varios estados, como Texas, el segundo más poblado, pueden solicitar una exención por motivos religiosos o de otro tipo.

El uso de estas exenciones creció en los últimos años, sobre todo desde la pandemia de covid-19 debido a la creciente desconfianza en las autoridades sanitarias y las compañías farmacéuticas.

Kennedy es acusado de echar leña al fuego y difundir información falsa sobre la vacuna, como cuando afirmó en Fox News en marzo que la vacuna era "la causa de todas las enfermedades que el propio sarampión provoca: encefalitis, ceguera, etc.”.

Entre la población los comentarios del secretario de Salud, que oscilan entre minimizar la gravedad de la situación, cuestionar los beneficios de la vacunación y promover remedios alternativos como la vitamina A, causan confusión.

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