El uruguayo José “Pepe” Mujica falleció el martes a los 89 años, tras un año de enfrentar un cáncer de esófago. La noticia, anunciada por el actual mandatario Yamandú Orsi, sacudió a miles de uruguayos que este miércoles lo despidieron con flores, lágrimas y banderas desde las calles de Montevideo.
Uruguay rinde homenaje a Pepe Mujica entre lágrimas, flores y aplausos

Mujica murió en su modesta casa de la periferia de la capital, acompañado por su esposa y exvicepresidenta Lucía Topolansky. A lo largo del día, una multitud siguió el cortejo fúnebre que partió de la sede de la Presidencia y llegó al Palacio Legislativo, donde comenzó el velorio público en el Salón de los Pasos Perdidos.
“Afecta la pérdida de un amigo, un compañero, pero ver a viejos, niños, jóvenes demostrando ese afecto y esa despedida, es un rebote de sentimientos que reconforta”, expresó Orsi tras finalizar el recorrido.
Al paso del ataúd, montado sobre una cureña fúnebre tirada por caballos, se escucharon gritos de “¡Gracias, Pepe!” y aplausos. Las personas apostadas sobre la avenida 18 de Julio corearon su nombre, muchas con lágrimas en los ojos. Banderas uruguayas y emblemas del Frente Amplio acompañaron el trayecto.
“Nos mostró al mundo desde el sur”
Entre la multitud, algunos se acercaron con flores. Otros lo hicieron por convicción. “Mujica representa la lucha, la resiliencia, el salir adelante para ayudar a los más necesitados”, dijo a la AFP Solana Lozano, una médica de 46 años que presenció el paso del cortejo junto a su madre y su hija.
Para Mauro de los Reyes, docente de 50 años, el legado del expresidente supera las fronteras: “Fue un hombre que dedicó su vida a la causa de los pobres. Como decía (Eduardo) Galeano, puso el norte aquí en el sur. Nos mostró al mundo y este pequeñito país fue una vez más visto y reconocido”, afirmó al mismo medio.
En los alrededores del Palacio Legislativo, personas de todas las edades aguardaron en fila para rendirle homenaje. El paso de la cureña al ritmo de “A don José”, canción del folclore uruguayo, provocó aplausos espontáneos. Braian De León, enfermero de 28 años, destacó: “Su forma de ser dejará un legado en todos nosotros y trasciende fronteras por su sinceridad y por eso que tenía, ¿no? Por su característica única y por su agenda de derechos que marcó al Uruguay”.
En las redes sociales, el mensaje “Gracias Pepe” se volvió tendencia. Líderes regionales y figuras de la izquierda internacional publicaron mensajes de despedida. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva resaltó su “grandeza humana” y anunció que viajará a Montevideo para asistir al funeral. También lo hará el presidente chileno Gabriel Boric.
Legado de rebeldía, derechos y coherencia
Durante su mandato (2010-2015), Mujica rompió moldes. Su estilo directo, su lenguaje coloquial y su actitud irreverente contrastaron con el protocolo tradicional de la política. Desde el inicio, eligió un estilo de vida austero que sostuvo hasta el final.
Entre sus principales reformas destacan la legalización del aborto, la aprobación del matrimonio igualitario y una pionera política de regulación del mercado de la marihuana, con participación directa del Estado desde la producción hasta la comercialización.
Además, aceptó recibir a presos liberados de Guantánamo, a solicitud del gobierno de Estados Unidos, y acogió a familias refugiadas de Siria.
Ese espíritu contestatario lo acompañó desde joven, cuando se integró al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), guerrilla urbana enfrentada a la dictadura uruguaya. Pasó 13 años encarcelado en condiciones extremas.
En democracia, nunca abandonó su vocación por la izquierda, ni su defensa de la integración latinoamericana. Su discurso, sencillo pero contundente, ganó resonancia mundial. Se le conoció como “el presidente más pobre del mundo”, mote que surgió de su elección de vivir en una chacra modesta, donar gran parte de su salario y mantener una rutina alejada de lujos.
Lucía Topolansky, quien lo acompañó en la vida política y personal, confirmó públicamente que transitaba la fase final de su enfermedad. Este miércoles, se mantuvo al frente del cortejo, rodeada de militantes que también llegaron a la sede del Frente Amplio para abrazarla y agradecerle.