Con 23 de las 24 gobernaciones en su poder y la mayoría absoluta proyectada en la Asamblea Nacional, el chavismo reafirmó su hegemonía política en Venezuela. Las elecciones regionales del domingo no contaron con observación internacional, se realizaron bajo un clima de represión y fueron denunciadas como una "farsa" por buena parte de la oposición.
El chavismo barre en las elecciones regionales y fortalece a Maduro

El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que lidera Nicolás Maduro, consolidó su dominio sobre el mapa político del país. La única gobernación fuera de su control es Cojedes, ganada por una facción opositora que rompió con la línea abstencionista de María Corina Machado.
“¡Hoy hemos demostrado el poder del chavismo!”, celebró Maduro desde la plaza Bolívar de Caracas, tras la lectura oficial de los resultados por parte del Consejo Nacional Electoral, una institución señalada de estar alineada con el oficialismo.
Con estos resultados, el chavismo retiene la Asamblea Nacional hasta 2031 y el poder regional hasta 2029. Todo ello sucede a diez meses de la cuestionada reelección presidencial de Maduro y en medio de preparativos para una reforma constitucional aún sin detalles públicos.
"Un chavismo fortalecido y una mayoría social desmovilizada"
Desde la oposición radical, la victoria oficialista se interpretó como una derrota institucional. María Corina Machado llamó a no participar en los comicios, argumentando que la baja participación representó un acto de protesta ciudadana frente a la proclamación presidencial del pasado 28 de julio.
“Fue un proceso marcado por la desconfianza, la decepción, la rabia, el miedo”, escribió el dirigente opositor Henrique Capriles en su cuenta de X. “El régimen y otros hicieron de todo para que la abstención fuera la gran protagonista y lo lograron. El régimen hoy celebra”.
El analista Luis Vicente León consideró que “el resultado, si bien era previsible, no deja de tener implicaciones profundas”. Según su análisis, el chavismo sale fortalecido en el control institucional, mientras la oposición aparece dividida y la mayoría de la sociedad, desmovilizada.
"Celebran al unísono el gobierno y la oposición", explicó León. "La diferencia está en la duración y la profundidad de esas victorias".
"Fue la victoria de la paz", dijo Maduro tras el despliegue militar
La jornada electoral estuvo precedida por una fuerte presencia militar y nuevas detenciones. El gobierno de Maduro detuvo a 70 opositores, incluyendo al dirigente Juan Pablo Guanipa, cercano a Machado. Fueron acusados de integrar una “red terrorista” con presuntos planes de sabotaje electoral.
El operativo de seguridad movilizó a más de 400 mil efectivos, incluyó cierres fronterizos y la suspensión de vuelos con Colombia hasta la tarde del lunes. En Caracas, fuerzas de contrainteligencia realizaron inspecciones a vehículos en corredores militares desplegados en las autopistas.
"Esta victoria es la victoria de la paz y la estabilidad de toda Venezuela", expresó Maduro. “¡Paz, paz, paz!”.
Stalin González, parte del sector opositor que decidió no boicotear la elección, rechazó los llamados a la abstención. En rueda de prensa, responsabilizó a Machado y a su línea política de haberle entregado espacios de poder al chavismo. “Tanto el gobierno como la oposición radical celebran que la oposición haya perdido espacios”, dijo. “¿Quién pierde en el Zulia? (...) Pues van a perder los zulianos”.
González y Capriles obtuvieron curules dentro de una bancada opositora de entre 15 y 18 diputados. La Asamblea estará dominada por los 236 legisladores del PSUV, según proyecciones citadas por Luis Vicente León. Aun así, León destacó que la bancada opositora no es irrelevante: “Cumplieron parcialmente su objetivo de preservar presencia institucional y evitar su desaparición total”.
Desde su visión, esta minoría podrá “continuar su labor política desde adentro y posicionarse como eventuales actores en futuros procesos de negociación”. Capriles prometió desde X trabajar "con fuerza y determinación" en la Asamblea.
"La abstención empeora su situación"
El politólogo Pablo Quintero consideró que la estrategia de la abstención afectó negativamente a la oposición. “La abstención (...) lo que hace es empeorar su situación”, dijo a la AFP. “Genera un proceso de desafección política, de desilusión, resignación por parte de la gente”.
En su comunicado, Machado insistió en que la baja afluencia fue una forma de resistencia. Aseguró que el chavismo es “una minoría” que ganó poder gracias al “regalo” de espacios que la oposición decidió no disputar.
La autoridad electoral, señalada por la oposición de favorecer al gobierno, reportó una participación de 42.6 % de los 21 millones de electores convocados.
El próximo gran paso del chavismo será impulsar una reforma constitucional en 2026. Pero esta deberá someterse a un referendo popular, en un país donde la desafección crece y el escenario político parece cada vez más fragmentado.
Con información de AFP.