La falta de condiciones democráticas y la exclusión de actores clave de la oposición fueron algunos de los elementos más cuestionados. Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros actores internacionales, se negaron a reconocer los resultados, mientras que otros países como Rusia y China expresaron su apoyo al régimen chavista.
"Juro" que "este nuevo período presidencial será el período de la paz", afirmó Maduro en su discurso, en el que prometió reforzar las políticas chavistas y avanzar hacia una reforma constitucional que, según él, consolidará el "proyecto revolucionario". Rodríguez, al recibir el juramento, proclamó que Maduro queda "investido en el cargo de presidente constitucional".
La juramentación ocurre en un clima de alta tensión política e incertidumbre. Las elecciones presidenciales del pasado julio, en las que Maduro aseguró la victoria con un 67% de los votos según cifras oficiales, fueron ampliamente cuestionadas por la comunidad internacional y la oposición venezolana, que denunció un proceso plagado de irregularidades.
Organismos internacionales, incluidos la Unión Europea y la OEA, señalaron que la contienda careció de garantías democráticas.
Protestas opositoras y seguridad reforzada
"Con la usurpación del poder por parte de Nicolás Maduro (...), apoyado por la fuerza bruta y desconociendo la soberanía popular expresada contundentemente el pasado 28 de julio, se ha consumado un golpe de Estado", dijo en un comunicado la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria.
"González Urrutia es quien debe ser juramentado", agregó, anunciando que ahora "comienza una nueva fase en la lucha por la democracia".
La oposición se presentó dividida en esos comicios, lo que debilitó sus posibilidades frente a un régimen que controlaba las instituciones electorales. A pesar de esto, Edmundo González Urrutia, el principal contendiente opositor, ha sido reconocido por países como Estados Unidos, Canadá y varias naciones europeas como "presidente electo".