Abiy Ahmed Ali (2019)
Abiy Ahmed Ali asumió el cargo de Primer Ministro de Etiopía en abril de 2018. El país fue devastado por un prolongado conflicto con su vecino, Eritrea, sobre una zona fronteriza en disputa. Una comisión de arbitraje internacional falló a favor de Eritrea en 2002, pero el gobierno etíope se negó a aceptar el fallo.
Después de 16 años de "sin guerra, sin paz" entre los dos países, Abiy Ahmed rompió el punto muerto y aceptó la decisión. En septiembre de 2018, él y el presidente de Eritrea, Isaias Afwerki, firmaron un histórico acuerdo de paz, por lo que el primero fue reconocido con el Nobel de la Paz en 2019.
El presidente del comité del Nobel elogió no solo el acuerdo de paz de Abiy con Eritrea, sino también sus iniciativas de reforma interna, incluyendo la liberación de decenas de miles de prisioneros y el regreso de grupos de la oposición que antes estaban proscritos.
Al aceptar el premio en una ceremonia en Oslo, Abiy declaró que la guerra era "la personificación del infierno para todos los involucrados. Lo sé porque estuve allí”.
Poco más de un año después, una de las peores guerras del siglo XXI estalló en Tigray, la región más septentrional de Etiopía. Durante gran parte de las tres décadas anteriores, el partido gobernante autoritario de Tigray, el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), ostentaba un poder preeminente en un gobierno de coalición nacional.
Abiy también formó parte de la coalición, pero con el tiempo se había vuelto resentido con sus superiores tigrayanos (el grupo étnico tigrayano representa solo el 6% de la población de Etiopía). La guerra, que terminó a finales de 2022, se libraría por ideas contradictorias sobre Etiopía, pero también por la cuestión fundamental del poder.
Abiy no fue el único responsable de este conflicto, que algunos describen como un genocidio , pero podría decirse que fue más culpable que cualquier otro. Algunos consideran que pasará a la historia como el ganador más controvertido del Premio Nobel de la Paz desde Henry Kissinger.