Pero el "líder de la banda" era Obama y es "culpable" de "traición", añadió.
Una evaluación de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos en 2017 concluyó que Rusia, utilizando la desinformación en las redes sociales, piratería informática y granjas de bots, trató de dañar al equipo de campaña de la demócrata Hillary Clinton y ayudar a Trump.
La evaluación determinó que el impacto real fue probablemente limitado y no mostró pruebas de que los esfuerzos de Moscú realmente cambiaran los resultados de la votación.
Un informe bipartidista del comité de inteligencia del Senado, encabezado por el exsenador y actual jefe de la diplomacia Marco Rubio, concluyó en 2020 que la campaña de Trump buscó "maximizar el impacto" de filtraciones de documentos demócratas robados por la inteligencia militar rusa.
El objetivo era, según el informe, beneficiar a Trump y perjudicar a Hillary Clinton.
La oficina del expresidente demócrata dijo luego que el documento dado a conocer la semana pasada por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional no desmiente la conclusión sobre Rusia.
"Nada en el documento emitido la semana pasada desmiente la conclusión ampliamente aceptada de que Rusia influyó en las elecciones presidenciales de 2016, pero no manipuló ningún voto", señaló la oficina de Obama en un comunicado.
"Estas extrañas acusaciones son ridículas y un débil intento de distracción", añadió la nota.
Trump sugirió también que se tomarían medidas contra Obama y sus exfuncionarios, pues calificó al expresidente como culpable de "intentar liderar un golpe de Estado”.
"Es hora de empezar, después de lo que me hicieron, y esté bien o mal, es hora de ir a por la gente. A Obama lo han descubierto directamente", dijo.
Obama ha sido durante mucho tiempo un objetivo de Trump. En 2011, el republicano lo acusó de no haber nacido en Estados Unidos, lo que llevó al por entonces mandatario demócrata a publicar una copia de su certificado de nacimiento.