El martes, un hospital de Gaza afirmó que 21 niños murieron de hambre y desnutrición en las 72 horas previas.
"Mientras el asedio del gobierno israelí mata de hambre a la población de Gaza, personal humanitario se suma ahora a las mismas filas de alimentos, arriesgándose a que les disparen sólo para alimentar a sus familias", indicaron el miércoles 111 organizaciones, entre ellas Médicos Sin Fronteras (MSF), Save the Children y Oxfam, en un comunicado conjunto.
El portavoz del gobierno israelí, David Mencer, afirmó que "no hay una hambruna causada por Israel. Se trata de una escasez provocada por Hamás", que gobierna en Gaza y que según él impide el reparto de la ayuda y saquea una parte de la misma.
Hamás ha negado siempre estas acusaciones.
Las autoridades israelíes informaron el jueves que alrededor de 70 camiones con ayuda habían sido descargados la víspera en los puntos de entrada y "más de 150 ya habían sido recuperados por la ONU y organizaciones internacionales en Gaza".
Las agencias humanitarias afirman, por su parte, que las autorizaciones otorgadas por Israel son limitadas y la coordinación para enviar los camiones constituye un desafío importante en una zona de guerra.
El ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 en Israel causó la muerte de 1,219 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en datos oficiales.
La campaña militar israelí en el enclave palestino mató a 59,587 palestinos, mayoritariamente civiles, según datos del Ministerio de Salud de Gaza, considerados fiables por la ONU.
Los milicianos capturaron además aquel día a 251 personas en territorio israelí, de las que 49 siguen cautivas en Gaza. De estas, 27 estarían fallecidas, según el ejército.