Representantes de 120 países y regiones asistirán a la ceremonia organizada el miércoles en Hiroshima, según responsables de la ciudad.
Sin embargo, no estarán presentes grandes potencias nucleares como Rusia, China y Pakistán. Irán, acusado de intentar dotarse de una bomba atómica, sí estará representado.
Contrario a su costumbre, Japón ha indicado que no ha "seleccionado a sus invitados" para estas conmemoraciones, sino que ha "notificado" a todos los países y regiones la celebración del evento.
Así, Palestina y Taiwán, que Tokio no reconoce oficialmente como países, han anunciado su presencia en este evento por primera vez.
"La existencia de líderes (políticos) que quieren reforzar su poder militar para resolver los conflictos, incluso mediante la posesión de armas atómicas, dificulta el establecimiento de la paz mundial", declaró la semana pasada el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, en referencia a las guerras en Ucrania y Oriente Medio.
Cúpula emblemática
Matsui también instó el mes pasado a Donald Trump a visitar Hiroshima, después de que el presidente estadounidense comparara los recientes ataques aéreos contra Irán con los bombardeos atómicos de 1945.
"Me parece que no comprende plenamente la realidad de los bombardeos atómicos, que, si se utilizan, cuestan la vida a muchos ciudadanos inocentes, ya sean amigos o enemigos, y amenazan la supervivencia de la humanidad", subrayó entonces el alcalde.
Hoy en día, Hiroshima es una próspera metrópoli de 1.2 millones de habitantes, pero las ruinas de un edificio coronado por el esqueleto metálico de una cúpula se alzan en el centro de la ciudad, recordando el horror del ataque.