“La presión sobre personas migrantes, las redadas y las devoluciones forzadas, la complejidad para solicitar asilo son medidas que tienen un impacto en la salud mental” de las personas migrantes, indicó Lucía Samayoa, coordinadora de proyecto para MSF en Tapachula, México, durante la presentación del reporte "Rechazados. El devastador impacto humano de los cambios de política migratoria en Estados Unidos, México y América Central”.
En algunos proyectos de MSF en México también se registran cuadros de salud mental muy graves en una mayor proporción de pacientes.
“Ha habido un aumento de los casos severos y casos complejos de salud mental que incluye depresión mayor, ansiedad y trastornos complejos para proteger, que requieren el uso de psicofármacos. Ya no es una terapia, ya no es simplemente hablar con el psicólogo, sino que requieren también una terapia guiada por un psiquiatra y con medicamentos”, explicó Henry Rodríguez, jefe de la misión de MSF en México.
Aumento de las consultas
Los equipos de MSF brindaron casi 17,000 consultas individuales de salud mental, la mayoría de ellas motivadas por eventos violentos como tortura, secuestro, extorsión, robo, trabajo forzoso y explotación sexual.
Tres cuartas partes de estas consultas se llevaron a cabo en México, donde se desarrolló la mayor parte de las actividades de MSF en la región y los migrantes permanecen por periodos más largos, y el resto de las atenciones fueron en países centroamericanos: Guatemala, Honduras y El Salvador.