Xi Jinping, Vladímir Putin y Kim Jong Un se reúnen en Pekín para un desfile militar y una cumbre trilateral.(Collage AFP)
Expansión Digital
Los presidentes de China, Rusia y Corea del Norte —Xi Jinping, Vladímir Putin y Kim Jong Un— se reúnen este martes en Pekín para participar en un desfile militar y en una reunión trilateral calificada por algunos sectores como un “desafío a Occidente”.
Estos tres países, que históricamente han mantenido diferencias políticas y económicas con Estados Unidos y la Unión Europea, se encuentran por primera vez bajo el mandato del líder chino, en lo que se considera un suceso histórico.
Xi Jinping recibió a Vladímir Putin en el Gran Salón del Pueblo y, posteriormente, en su residencia personal, donde lo llamó “viejo amigo”. Más tarde, el tren blindado de Kim Jong Un llegó a la capital china, confirmado por medios estatales norcoreanos y fotografías que ya circulan públicamente.
El presidente chino también sostuvo conversaciones con el primer ministro indio, Narendra Modi, el lunes, con el objetivo de restablecer los tensos lazos bilaterales, en medio de la creciente presión comercial de Trump sobre Nueva Delhi debido a sus compras de petróleo ruso. Modi regresó a su país y no participará en la reunión ni en el desfile.
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Objetivo de la reunión
El encuentro se da en el marco del desfile militar conmemorativo por los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, en el que Xi Jinping busca proyectar su visión de un nuevo orden mundial mientras las tensiones con Occidente se intensifican.
Más allá de la ceremonia, analistas señalan que el encuentro podría apuntar a una mayor cooperación en defensa entre China, Rusia y Corea del Norte, tras los pactos bilaterales firmados en 2024. Esto tendría implicaciones estratégicas en Asia-Pacífico y representa un revés político para Donald Trump, quien ha presumido vínculos personales con los tres mandatarios.
La exhibición militar en la Plaza de Tiananmen incluirá tropas, aviones y armamento de última tecnología. La presencia de Kim Jong Un —en su segundo viaje internacional en seis años y acompañado de su hija, Kim Ju Ae— refuerza la imagen de unidad frente a lo que Xi define como la política de “hegemonismo” de Washington.
En la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, celebrada del 31 de agosto al 1 de septiembre de 2025 en Tianjin, Putin señaló que debe restablecerse un “equilibrio justo en el ámbito de la seguridad”, aludiendo a las críticas de Rusia sobre la expansión de la OTAN hacia el este y la situación de la seguridad europea.
Xi Jinping, Vladímir Putin y Kim Jong Un se reúnen en Pekín para un desfile militar(-/AFP)
Reacción de Estados Unidos
La reacción estadounidense ha sido crítica y cautelosa. El secretario del Tesoro de Trump, Scott Bessent, calificó el encuentro como “teatral” y señaló a China e India, principales compradores de crudo ruso, como “malos actores” por financiar indirectamente la guerra en Ucrania.
Analistas como Youngjun Kim, de la Oficina Nacional de Análisis Asiático, advierten que los ejercicios militares trilaterales parecen “casi inevitables” debido a la cercanía creciente entre Moscú y Pionyang tras el conflicto en Ucrania. Kim recordó que, hasta hace unos años, China y Rusia habían apoyado sanciones a Corea del Norte por sus pruebas nucleares y de misiles, pero ahora podrían convertirse en socios militares potenciales ante cualquier crisis en la península.
En este contexto, cualquier demostración de unidad militar entre estos tres países genera alerta en Occidente, especialmente mientras Trump promociona sus credenciales como pacificador.
La seguridad en Pekín se ha reforzado al máximo para proteger a los tres líderes. Soldados se desplegaron estratégicamente en puentes y esquinas, mientras kilómetros de barreras metálicas delimitan avenidas clave para controlar el paso de civiles y vehículos.
La ciudad también luce decorada con instalaciones artísticas con flores, palomas y un emblema de la Gran Muralla China con la inscripción “1945-2025”, recordando el sacrificio de millones de chinos durante la Segunda Guerra Mundial.
Aunque las autoridades no han detallado el armamento que se mostrará, analistas han identificado posibles nuevas armas, incluyendo un láser de gran tamaño. La combinación de despliegue militar, barreras físicas y control urbano apunta a garantizar la máxima protección durante los eventos públicos y las actividades diplomáticas.
La cumbre tiene impactos directos para el mundo occidental:
Refuerza la cooperación militar y estratégica entre China, Rusia y Corea del Norte, mostrando unidad frente a Estados Unidos y la Unión Europea. Podría derivar en ejercicios militares conjuntos y coordinación en Asia-Pacífico.
Apoya la continuidad del comercio energético entre Rusia y China, incluyendo petróleo ruso pese a sanciones occidentales, y abre la posibilidad de un bloque económico alternativo que reduzca la presión financiera de Occidente.
Refuerza la legitimidad de los líderes ante sus poblaciones, proyectando fuerza y nacionalismo. La exhibición pública de unidad y poder militar envía un mensaje claro: Occidente no controla las dinámicas estratégicas de esta región.
En conjunto, la reunión constituye un desafío concreto para Occidente al mostrar un eje de poder alternativo capaz de coordinarse militar, económico y políticamente sin depender de Washington ni de las principales capitales europeas.