Trump, altos cargos del gobierno y cercanos al presidente tienen previsto intervenir en la ceremonia, que comenzó a primera hora de la tarde.
Al salir de la Casa Blanca para volar a Arizona, el presidente aseguró que el tributo tiene como objetivo "celebrar la vida de un gran hombre. Realmente un gran hombre". "Será un día muy duro", añadió.
Antes del amanecer, miles de personas hacían cola con la esperanza de entrar en el estadio, con capacidad para 63.000 asistentes, donde se celebraba el servicio para rendir homenaje al líder conservador considerado un impulsor de la reelección de Trump.
Muchos de los asistentes lucía prendas con los colores rojo, blanco y azul de la bandera estadounidense o gorras con el icónico eslogan de Trump "Make America Great Again" (Hagamos a Estados Unidos Grande de Nuevo).
"Lo veo como un mártir de Cristo, sin duda", dijo Monica Mirelez, una texana de 44 años que condujo 12 horas para asistir al servicio.
Kirk, de 31 años, recibió un disparo en el cuello el 10 de septiembre mientras hablaba en una universidad de Utah como parte de su popular serie de debates públicos.
Las autoridades arrestaron a un sospechoso tras 33 horas de búsqueda, y la fiscalía solicitó la pena de muerte en el caso.
El asesinato del líder conservador, fundador del grupo juvenil de derecha Turning Point USA, ha profundizado aún más las enconadas divisiones políticas en Estados Unidos.
Las autoridades afirman que el presunto tirador de 22 años citó como motivo de su crimen el "odio" que, según él, alimentaba Kirk, quien era un crítico mordaz de las personas transgénero, los musulmanes y otros.
Kirk utilizó sus millones de seguidores en redes sociales, la enorme audiencia de su pódcast y sus apariciones en universidades para impulsar a Trump entre los jóvenes y defender una ideología política nacionalista y cristiana.
Incluso antes de que el sospechoso fuera identificado o arrestado, Trump calificó a Kirk de "mártir de la verdad y la libertad" y culpó de su asesinato a la retórica de la "izquierda radical".