Publicidad
Publicidad

Los demócratas en el dilema de ceder a Trump o mantener el gobierno cerrado

La Casa Blanca congela fondos de estados gobernados por demócratas como una medida de presión para que acepten reabrir la administración federal.
mié 01 octubre 2025 05:29 PM
El líder de la minoría del Senado estadounidense Chuck Schumer (D-NY) (R) y el senador estadounidense Dick Durbin (D-IL) dejan una conferencia de prensa después de una votación del Senado en Capitol Hill en Washington, DC el 30 de septiembre de 2025, horas antes de que un cierre parcial del gobierno entre en vigor.
Donald Trump y los republicanos cerraron los servicios del Estado porque no quieren proteger la atención médica del pueblo estadounidense", dicen los líderes republicanos. (FOTO: ANDREW CABALLERO-REYNOLDS/AFP)

El gobierno de Estados Unidos entró este miércoles en parálisis presupuestaria, con el consiguiente cierre de parte de la administración federal, sin una solución a la vista en el Congreso entre los republicanos del presidente Donald Trump y la oposición demócrata.

Trump culpó a los demócratas por el estancamiento y amenazó con castigar al partido y sus votantes con la interrupción de prioridades de la agenda progresista y recortes masivos en el sector público.

Publicidad

Los líderes demócratas en el Congreso, el jefe de la minoría en el Senado Chuck Schumer y su homólogo en la Cámara de Representantes Hakeem Jeffries, afirmaron en un comunicado conjunto que "Donald Trump y los republicanos cerraron los servicios del Estado porque no quieren proteger la atención médica del pueblo estadounidense".

El Partido Republicano tiene en el Senado una mayoría de 53 escaños, pero necesita siete votos afirmativos más, al tratarse de una votación presupuestaria. Solo tres demócratas votaron a favor en la última votación este miércoles, los mismos que la noche anterior.

El proyecto provisional de extensión del gasto público, hasta el 21 de noviembre, lleva semanas bloqueado, desde que la Cámara de Representantes la aprobó por una corta mayoría republicana.

La última vez que los demócratas del Senado asumieron la culpa de un cierre del gobierno, cedieron ante Trump y se apresuraron a negociar para reabrir las agencias federales en 2018, ya que sus miembros más moderados exigieron una resolución rápida después de solo tres días. En esta ocasión, podría ser distinto.

“La composición ideológica del partido se ha desplazado hacia la izquierda, y los demócratas ahora se están preparando para una prolongada confrontación con la Casa Blanca y los republicanos del Congreso, a pesar de los claros riesgos políticos”, dice el periodista Carl Hulse en un artículo para The New York Times.

Publicidad

Los demócratas se opusieron a la legislación por la negativa de los republicanos a incluir una prórroga de las prestaciones sanitarias para millones de estadounidenses que expiran este año. Los republicanos dicen que esta cuestión debe tratarse por separado.

La legislación trata de 1.7 billones de dólares para el funcionamiento de agencias, lo que supone aproximadamente una cuarta parte del presupuesto total de 7 billones de dólares de la Administración. Gran parte del resto se destina a programas de salud y jubilación y al pago de intereses de la creciente deuda de 37.5 billones de dólares.

Es un cambio notable para los demócratas del Senado en particular, que hace seis meses no podían ponerse de acuerdo sobre si se interponen en el camino de otro posible cierre.

En marzo, Schumer decidió que era más arriesgado permitir que Trump y Elon Musk, entonces jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental, tuvieran aún más margen de maniobra para recortar drásticamente los programas y beneficios del gobierno. Aconsejó a los demócratas que mantuvieran el gobierno financiado, algo que la base demócrata le reprochó.

Trump congela los fondos a estados demócratas

Trump culpó a los demócratas por el estancamiento y amenazó con castigar al partido y sus votantes con la interrupción de prioridades de la agenda progresista y recortes masivos en el sector público.

Las amenazas se comenzaron a concretar esta tarde. La Casa Blanca congeló el miércoles 26,000 millones de dólares para los estados de gobernados por demócratas, cumpliendo con la amenaza de utilizar la paralización parcial para golpear las prioridades de sus opositores.

Los programas en cuestión incluían 18,000 millones de dólares para proyectos de tránsito en Nueva York y 8,000 millones de dólares para proyectos de energía verde en 16 estados gobernados por demócratas, incluidos California e Illinois.

Los movimientos dejaron claro que Trump cumpliría su amenaza de aprovechar el cierre para castigar a sus oponentes políticos y extender su control sobre el presupuesto federal de 7 billones de dólares, establecido por la Constitución estadounidense como dominio del Congreso.

Jeffries dijo que la congelación de la financiación de proyectos de metro y puertos en Nueva York, su ciudad natal, dejaría a miles de personas sin trabajo. Schumer, también de Nueva York, dijo que Trump estaba apuntando a los estadounidenses normales con fines partidistas.

"Está utilizando al pueblo estadounidense como peones, amenazando con dolor al país como chantaje", dijo Schumer.

Publicidad

Más recortes

Con la entrada en vigor del cierre, el director de la Oficina de Presupuesto en la Casa Blanca, Russell Vought, ordenó en una carta a las administraciones federales "poner en marcha sus planes para un cierre ordenado".

Unos 750,000 trabajadores federales recibieron la orden de no trabajar, mientras que otros, como las tropas y los agentes de la Patrulla Fronteriza, empezaron a trabajar sin sueldo. El Departamento de Asuntos de Veteranos dijo que se encargaría de los entierros en los cementerios nacionales, pero que no levantaría lápidas ni cortaría el césped.

En el portal de la NASA, un mensaje indicaba que la agencia federal "está actualmente cerrada a raíz de una interrupción del financiamiento gubernamental”.

Varias embajadas estadounidenses anunciaron en X que no actualizarán informaciones salvo en lo concerniente a anuncios urgentes de seguridad.

Los parques nacionales estaban abiertos, pero los servicios de limpieza y vigilancia no estaban garantizados.

Los estadounidenses podrán seguir recibiendo sus cheques de jubilación, o de desempleo, o el correo. Pero los viajes aéreos pueden verse afectados.

El vicepresidente J.D. Vance dijo en una sesión informativa en la Casa Blanca que el Gobierno se vería obligado a recurrir a los despidos si el cierre dura más de unos días, lo que se sumaría a otros 300,000 despidos en diciembre. Los paros anteriores no se han traducido en despidos permanentes.

El Ejecutivo estadounidense está "trabajando con agencias en todos los ámbitos para identificar dónde se pueden hacer recortes... y creemos que los despidos son inminentes", declaró la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

Por ejemplo, la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos dijo que despediría al 1% de sus 14,000 empleados, según una carta interna a la que tuvo acceso la agencia Reuters.

Prevén un cierre largo

Las tácticas de presión se produjeron cuando el 15º cierre del gobierno desde 1981 suspendió la investigación científica, la supervisión financiera, los esfuerzos de limpieza ambiental y una amplia gama de otras actividades.

Es el primer cierre o "shutdown" desde 2019, cuando se produjo el más largo en la historia (35 días). Este terminó en parte por los retrasos en los vuelos causados por los controladores aéreos que se declararon enfermos.

En ese momento, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estimó que este “shutdown” redujo el Producto Interno Bruto (PIB) en 11,000 millones de dólares.

De acuerdo con los cálculos de los analistas de la compañía de seguros Nationwide, cada semana de cierre podría reducir el crecimiento del PIB de Estados Unidos en 0.2 puntos porcentuales.

Analistas independientes advirtieron de que el cierre podría durar más que otros relacionados con el presupuesto del pasado, con Trump y representantes de la Casa Blanca amenazando con castigar a los demócratas con recortes a los programas gubernamentales y la nómina federal.

El Senado no volverá a reunirse hasta el viernes.

Ambos bandos trataban de culpar al otro y sacar una ventaja para las elecciones legislativas de 2026, que determinarán el control del Congreso.

Los republicanos de Trump tienen mayoría en ambas cámaras del Congreso, pero tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, su ventaja es mínima.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad