Los activistas a bordo de la flotilla, que cuenta con cerca de 45 barcos y en la que viajan entre otros el activista brasileño Thiago Avila y la sueca Greta Thunberg, explicaron de su lado estar "rodeados por barcos de guerra israelíes".
La flotilla navegaba este miércoles por el mar Mediterráneo frente al litoral egipcio e iba rumbo a las costas de la Franja de Gaza, donde Israel lleva a cabo una ofensiva en represalia por el ataque del movimiento islamista palestino Hamás en suelo israelí el 7 de octubre de 2023.
Lanzada inicialmente desde Barcelona a inicios de septiembre, la flotilla Global Sumud ("sumud" significa "resiliencia" en árabe) se presenta como una "misión pacífica y no violenta". Además de Thunberg y Avila, viajan también en la flotilla la eurodiputada franco-palestina Rima Hassan y la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, quienes figuran entre los participantes de la misión que busca "romper el bloqueo a Gaza" y suministrar "ayuda humanitaria a una población asediada y enfrentada a la hambruna y el genocidio".
Por su parte, el canciller francés, Jean-Noël Barrot, dijo que los barcos están "siendo abordados por las autoridades israelíes", y pidió que Israel garantice "la seguridad de los participantes".
El País señala que los integrantes del barco Captain Nikos, en el que viaja uno de sus reporteros, tiraron al mar sus teléfonos ante la inminente llegada de los buques israelís para interceptarlos.
"En las primeras horas de esta mañana, fuerzas navales de la ocupación israelí lanzaron maniobras de intimidación contra la flotilla Global Sumud", indicaron los organizadores en un comunicado horas antes.
Tras partir de España, la flotilla se detuvo 10 días en Túnez antes de retomar el viaje el 15 de septiembre.
La misión es un nuevo intento marítimo de romper el bloqueo israelí del enclave palestino para entregar alimentos y medicinas. Esperaba llegar el jueves por la mañana si no era interceptada.
Italia y España no entran en la zona de exclusión
El gobierno de España sugirió a la flotilla no acercarse a las aguas designadas por Israel como zona de exclusión, y destacó que el buque español enviado para asistirlos eventualmente no entraría a esa zona.
"Nosotros les hemos pedido a la Flotilla (...) que por favor no entraran porque la prioridad absoluta es su seguridad en estos momentos", indicó el ministro de Transformación Digital, Óscar López, en la televisión pública española.
Según el ministro, "lo que no va a hacer ese barco español es cruzar esa frontera porque nos llevaría a una situación que creo que todo el mundo puede entender su gravedad".
Italia también envió un buque militar para garantizar la seguridad de la flotilla, tras el ataque con drones que esta sufrió la madrugada del 24 de septiembre y que fue denunciado por la ONU y la Unión Europea.
La flotilla dijo haber sido atacada con drones en dos ocasiones anteriores cuando se encontraba haciendo escala en Túnez, el 9 de septiembre.
Israel no hizo comentarios sobre esos ataques, pero ha dicho que utilizará cualquier medio para impedir que los barcos lleguen a Gaza, argumentando que su bloqueo naval es legal mientras lucha contra los milicianos de Hamás en el enclave costero.
La fragata italiana se detuvo también en la zona "crítica" a 150 millas náuticas de Gaza, y el martes pidió por radio a los activistas de la flotilla que abandonaran su misión, que se expone a ser interceptada por las fuerzas israelíes.
Sudáfrica pidió "la protección" de la flotilla, considerando que "la seguridad y la integridad física de los participantes desarmados es de suma importancia".
El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, subrayó también que "no representan un peligro, ni una amenaza para Israel" y añadió antes del Consejo Europeo de Copenhague: "Espero que el gobierno de Netanyahu tampoco represente una amenaza para esta flotilla".