Intercepción en el Mediterráneo
La marina israelí interceptó el miércoles los barcos que se dirigían hacia Gaza y detuvo a más de 400 activistas que viajaban en ellos. El viernes concluyó el operativo al cercar la última embarcación y comenzó el proceso de deportación.
Ese mismo día, Israel informó la repatriación de cuatro activistas italianos, los primeros en ser expulsados.
Según la información oficial, los integrantes de la flotilla provenían de distintos países, incluidos España, Brasil, México y Argentina. Tras la intercepción, las autoridades israelíes anunciaron que todos los detenidos serían deportados.
El objetivo de la flotilla
La flotilla Global Sumud (palabra árabe que significa “resiliencia”) zarpó con la intención de entregar ayuda humanitaria a Gaza.
Entre los participantes se encontraban figuras públicas como la activista ambiental Greta Thunberg y políticos de distintos países. El viaje tenía como propósito llamar la atención sobre la situación del territorio palestino, donde la Organización de las Naciones Unidas declaró oficialmente una hambruna.
Reacciones internacionales
La operación de intercepción provocó manifestaciones en varias capitales del mundo, incluidas Brasilia, Buenos Aires, París, Roma, Túnez y Berlín.
En esas ciudades se concentraron grupos de personas que expresaron su rechazo al bloqueo y pidieron respeto al trabajo humanitario de los activistas.
La deportación ocurre en medio de un contexto de crisis humanitaria en Gaza y de presión internacional sobre Israel por sus políticas de seguridad en la región.
Según el reporte de medios internacionales, los vuelos de deportación comenzaron el viernes y continuaron este sábado hacia Turquía, el principal país de origen de los activistas expulsados.