Sin embargo, Ghassan Khatib, profesor de estudios internacionales y ciencias políticas en la Universidad de Birzeit, en Cisjordania, y exministro de la AP, dijo que el plan de Trump solo dejaba "una posibilidad teórica" para un futuro papel de la AP en Gaza, con "muchos campos de minas y condiciones".
"Este plan no es bueno para la AP, y no es bueno para las aspiraciones políticas palestinas", dijo. "Cisjordania y Gaza no serán una unidad integral".
El plan contempla que el movimiento islamista palestino Hamás, que tomó el control del territorio en 2007, quede excluido del gobierno de Gaza.
Sus miembros que depongan las armas y acepten la "coexistencia pacífica" con Israel recibirán una "amnistía". Quienes deseen abandonar Gaza se beneficiarán de un "derecho de paso protegido a los países de destino", según el plan.
Desde hace tiempo, la Autoridad se ha posicionado como preparada para tomar el relevo de Hamás en Gaza, iintensificando las promesas de reformas desde que el gobierno del presidente Biden lanzó la idea de una AP ‘revitalizada’ que dirigiera una Gaza posbélica.
El plan de Trump prevé que Gaza sea gestionada por un comité palestino apolítico de transición supervisado por un organismo internacional presidido por Trump "hasta el momento" en que la AP haya completado las reformas, incluidas las que los analistas palestinos consideran exigencias políticamente duras establecidas en su plan de paz para 2020.
El plan también desplegaría una fuerza internacional de estabilización que entrenaría y apoyaría a la policía palestina, en consulta con Jordania y Egipto.
La fuerza palestina, que se formaría en Egipto y Jordania, tendría una cadena de mando distinta de la AP, según un alto representante jordano. La financiación y la supervisión se organizarían a través de un mecanismo árabe-islámico, y los salarios no estarían directamente vinculados a la AP.