¿Qué hubieran hecho ante el 'gasolinazo'? La oportunidad detrás de la crisis
Si una crisis puede representar una oportunidad, el 'gasolinazo' implica posibilidades de avanzar en el mejoramiento del transporte público y de políticas públicas a favor del medio ambiente, consideraron especialistas.
El director para América Latina del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP por sus siglas en inglés), Bernardo Baranda, se pronunció por buscar esquemas creativos para depender menos de combustibles fósiles, en particular en lo referente al impulso a autos híbridos y sistemas de transporte masivo y eléctrico que son benéficos para el medio ambiente.
“Algunas personas sí pueden optar por usar menos el automóvil, eso lo hemos visto por ejemplo en las experiencias de ciudades en Estados Unidos, donde sí hay una relación inversamente proporcional con el precio de la gasolina, con el uso del transporte público y la bicicleta. Espero que eso se logre, aunque a algunas personas les es complicado por las distancias”, abundó el especialista, aunque descartó que esto suceda a gran escala.
Baranda explicó que uno de los problemas con el transporte público es la falta de recursos para inversión, se dijo a favor de aumentar los cobros para mejorar los sistemas, así como por incrementar los apoyos del gobierno federal.
“El transporte público en general tiene una tarifa bastante baja y un servicio bastante malo. Yo quisiera que cambiáramos esa ecuación hacia tener quizá un incremento menor en la tarifa pero un servicio mucho mejor a la ciudadanía (...) Si va a haber un incremento en la tarifa también debería haber una renovación de unidades, un mejor servicio en cuanto a seguridad, información al usuario, disponibilidad de unidades, frecuencia de paso”, comentó en entrevista.
El experto en movilidad urbana sustentable urgió a pensar a largo plazo e impulsar medidas para evitar que la gente viva lejos de sus trabajos, densificar las zonas céntricas de las ciudades con bajos costos de renta, instrumentar mecanismos de abonos de transporte público (tarifa mensual para el Metro, por ejemplo), establecer horarios laborales escalonados y compartir el auto entre compañeros de oficina.
Mariana Campos, especialista en finanzas públicas de la organización México Evalúa, explicó por su parte que cobrar un impuesto a las gasolinas es común en países desarrollados, como una buena medida para desmotivar su uso y evitar la contaminación , pero aparejada con un diseño de fondos que se destinan a proyectos específicos de mejora al transporte público o mantenimiento de carreteras.
“Falta esa parte no solamente copiar la buena práctica de tener un impuesto ecológico sino al mismo tiempo generar un gasto eficiente sobre esos recursos (...) Ayudaría mucho que el enojo de la población se condujera hacia una exigencia sobre cómo se usa este impuesto que estamos pagando a las gasolinas”, consideró al ser consultada por separado.
Campos agregó que otra posibilidad para aminorar el descontento social y otros eventuales efectos económicos por causa de esta alza, podría ser que el gobierno absorbiera una parte del coste a través de medidas de austeridad, y otra parte de los particulares para hacerlo de una manera modulada.
Con información de Bianca Carretto
