Las delegaciones de la CDMX serán alcaldías... y así deberán manejar el dinero
En 2018, las delegaciones de la Ciudad de México se transformarán en alcaldías, un hecho que implicará mucho más que un cambio de nombre.
Para empezar, las demarcaciones ya no solamente tendrán un gobernante —el jefe delegacional—, sino un alcalde que tendrá como contrapeso a un concejo. De arranque, dichos cuerpos tendrán 10 integrantes, aunque en el futuro podrán ser hasta 15.
Además, la transformación estará acompañada de nuevas reglas en el manejo de los recursos públicos: su procedencia, reparto, aplicación, etcétera. Todo esto ya fue definido por la Asamblea Constituyente de la capital, que incluyó el tema en el inciso D del artículo 26 de la próxima Constitución local. Aquí te presentamos los aspectos clave del asunto.
¿De dónde saldrán los recursos?
Según lo aprobado por la Asamblea Constituyente, el dinero de las alcaldías provendrá de cuatro fuentes.
La primera son las arcas federales, a manera de fondos municipales y regionales, subsidios y programas de infraestructura. La segunda serán los fondos generados por el aprovechamiento o la enajenación de bienes públicos, como el uso de locales fijos en mercados, la expedición de permisos para espectáculos públicos y la administración de centros deportivos.
En tercer lugar estarán los recursos asignados dentro del Presupuesto de Egresos de la Ciudad de México, y en cuarto, el dinero de un nuevo Fondo Adicional del Financiamiento a las Alcaldías, contemplado en el artículo 61 de la propia Constitución, el cual todavía está pendiente de discusión.
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¿Cómo se hará el reparto?
Las normas del reparto de fondos serán expedidas por el Congreso de la ciudad —que sustituirá a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF)—, el cual deberá tomar en cuenta criterios como la población residente, la población flotante, la población en pobreza y marginación, la extensión territorial, las áreas verdes, el suelo de conservación y la inversión en infraestructura, servicios públicos y equipamiento urbano.
El texto aprobado por la Asamblea Constituyente establece que los recursos asignados en el Presupuesto de Egresos no podrán ser menores en relación con el año anterior.
Actualmente, las tres delegaciones que más dinero reciben son Iztapalapa, con más de 4,100 millones de pesos (mdp); Gustavo A. Madero, con 3,500 mdp, y Cuauhtémoc, con más de 2,700 mdp. Las dos primeras son las que más pobladas, con cerca de 3 millones de personas en conjunto. La Cuauhtémoc ocupa el sexto lugar en número de habitantes, pero es la de mayor población flotante con 1.5 millones de ciudadanos.
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Las reglas del juego
Las reglas de ejecución del gasto también van a cambiar, pues se contempla dotar de mayor autonomía a las alcaldías sobre el manejo del dinero público.
Entre las nuevas facultades que se les darán está que elaboren sus presupuestos, que deberán ser diseñados por los alcaldes y aprobados por los concejos antes de ser enviados al jefe de gobierno capitalino. Es decir, los alcaldes no podrán decidir unilateralmente, como sí pueden hacerlo los jefes delegacionales.
Otra atribución es que las alcaldías puedan hacer adecuaciones presupuestarias y determinar los casos en los que requieran aumentos o disminuciones, y se contempla que al menos 22% de sus fondos deba destinarse a proyectos de inversión en infraestructura, equipamiento urbano y servicios públicos, así como que no puedan adquirir deuda directa o indirectamente.
La revisión del manejo que hagan del dinero público estará a cargo de la Auditoría Superior de la Ciudad de México.
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