“Hay mucho temor, la gente no quiere gastar”, dice un comerciante mexicano en EU
Alejandro Rivera salió de Celaya hace 24 años y apostó por instalarse en Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida.
Hoy es residente legal, tiene un negocio consolidado y da empleo a otros migrantes, pero teme que tanto su patrimonio como los vínculos que él y su familia han establecido en EU estén en peligro con el gobierno del republicano Donald Trump, quien apenas tiene un mes en la Casa Blanca.
De hecho, Alejandro afirma que él y otros microempresarios originarios de América Latina ya empiezan a sufrir las consecuencias del discurso y las políticas antiinmigrantes de Trump, un empresario inmobiliario que entró a la política y ganó las elecciones de noviembre de 2016 con promesas como construir un largo muro en la frontera con México y expulsar a los millones de indocumentados que viven en territorio estadounidense.
“A los comerciantes hispanos del lado sur de Milwaukee nos ha pegado fuerte (el discurso de Trump) porque no hay confianza. En nuestros negocios regularmente siempre hay mucho movimiento... (Pero) a raíz de estas situaciones hay mucho temor, la gente no quiere gastar", dice Alejandro en entrevista con Expansión.
"A los únicos a los que les ha ido bien es a las casas de envíos de dinero, porque se han duplicado sus remesas por el mismo temor de que 'Si me agarran, ¿qué voy a hacer? Por lo menos tengo un poquito de dinero en México'", agrega.
"Un día sin latinos"
Alejandro, de 50 años, es dueño de Rivera Western Wear, un negocio local que vende productos de piel —procedentes principalmente del municipio de León, Guanajuato— y que tiene una plantilla laboral de tres empleados, todos de origen mexicano.
Como otros microempresarios locales, ha visto cómo desde que Trump asumió el poder el 20 de enero sus ventas se han visto mermadas, y cómo también la gente vive con miedo ante la posibilidad de ser detenida y deportada, haya o no haya un motivo justificado.
Frente a esta situación, él y otros 150 propietarios de la zona sur de Milwaukee salieron a las calles la semana pasada para manifestarse contra las políticas del nuevo presidente de EU, agrupados en la organización Voces de la Frontera.
La marcha tuvo como lema "Un día sin latinos inmigrantes y refugiados" y, de acuerdo con los organizadores, logró convocar a unas 40,000 personas integrantes de la comunidad hispana en Wisconsin, un estado donde viven alrededor de 260,000 mexicanos.
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Los manifestantes también aprovecharon la ocasión para protestar en contra del sheriff del condado de Milwaukee, David A. Clarke, Jr., quien públicamente ha manifestado su respaldo a las políticas de Trump y asegura que, a través de una iniciativa local, asignará todos los elementos posibles para expulsar a los migrantes indocumentados, pues debe "proteger a la gente de los extranjeros criminales ilegales".
Al respecto, Rivera comenta: “Ese programa es muy peligroso para nuestra comunidad, porque los agentes que andan en carretera o aquí dentro de la ciudad tendrían la facultad de detener a cualquiera, de pedirles sus documentos, y si no están legales en el país, van a tener el poder de arrestarlos y remitirlos inmediatamente a inmigración”.
¿Regresar a México?
Aunque es residente legal, Alejandro es consciente de la incertidumbre que las amenazas de Trump han generado entre otros mexicanos, pues señala que, pese a los consulados y clubes estatales de migrantes, predomina un sentimiento de desconfianza hacia las instituciones mexicanas.
Algunas personas, dice, prefieren acudir a organizaciones locales que cuentan con sus propios grupos de abogados y que intervienen cuando hay casos de abuso en materia migratoria.
"Quizá sea porque tiene poco tiempo el consulado (de Milwaukee), pero hasta para hacer una cita son un poco lentos. Hay quienes incluso se van a Chicago que les queda más lejos", señala.
Por otro lado, cuestiona los pocos avances que ha tenido EU en la regularización de los migrantes indocumentados. Con el gobierno de Barack Obama (2009-2017) hubo esperanza en este campo, pero la posibilidad de una reforma migratoria se fue diluyendo en los últimos meses hasta quedar casi muerta con Trump.
"Ahora, con esta presidencia, ya nos dicen abiertamente que nunca nos han querido, que siempre nos han usado", se queja Alejandro, quien a pesar de esto —y al igual que otros mexicanos— también advierte que volver a su país de origen es su última opción debido al arraigo que ya tiene en el territorio al norte del Río Bravo.
"Aquí ya nacieron mis hijos, incluso ya tengo un nieto. Ellos no conocen otra tierra que Estados Unidos, en lo personal sería muy difícil, aunque no se descarta la opción, nosotros ya tenemos raíces aquí en este país", señala.
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