México se prepara para la nueva caravana de inmigrantes centroamericanos
El gobierno mexicano prepara un albergue en el sureño estado de Chiapas, frontera con Guatemala, para recibir a una nueva caravana de inmigrantes hondureños que busca llegar al norte del país para intentar cruzar o pedir refugio en Estados Unidos.
Autoridades locales y federales tenían ya acondicionado este martes el albergue a unos 400 metros de un puente en el río Suchiate, frontera natural entre Guatemala y México.
El gobierno mexicano ha advertido que no permitirá que el millar de hondureños que partió, y otros centroamericanos que en el camino se les puedan unir, entren por la fuerza a México, como ocurrió con otras dos enormes caravanas en 2018.
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"Acordamos trabajar en cuatro vertientes: seguridad, atención de control migratorio y ayuda humanitaria, gobernabilidad, y una atención a temas laborales", dijo el fiscal de Chiapas, Jorge Luis Llaven.
Días atrás, la secretaria de Gobernación (Segob), Olga Sánchez, dijo que solo permitirán un "ingreso seguro y ordenado de esta caravana", "sin portazos" (por la fuerza) en la frontera con Guatemala.
Anunció que el gobierno enviaría agentes a 370 puntos de cruce en la frontera con Guatemala.
México ha puesto en marcha un programa en el que da empleo a los centroamericanos que acepten regularizar su situación migratoria.
Cruce Guatemala
Esta nueva caravana, que empezó a salir por grupos la noche del lunes de San Pedro Sula, consiguió romper este martes un cerco policial en la frontera de Honduras con Guatemala, pero por la tarde no quedaba claro si podrían continuar su camino pues se encontraron con un cordón de policías guatemaltecos, constató la AFP en el sitio.
Esta es la tercera caravana que sale desde Honduras desde que el 13 de octubre pasado partió una primera, que llegó a sumar unas 7,000 personas, de San Pedro Sula, seguida de otra cuatro días más tarde.
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Las dos caravanas entraron como una auténtica estampida humana a México, sin pasar control migratorio alguno.
El grueso de estos grupos recorrió unos 3,500 kilómetros hasta Tijuana, Baja California, fronteriza con Estados Unidos, donde muchos se han quedado varados ante la dificultad de cruzar ilegalmente o solicitar asilo, proceso que toma meses.
Según la embajada de Honduras en México, unos 2,500 hondureños de esas dos caravanas están en albergues en México y solo 3% tiene probabilidades de obtener asilo en Estados Unidos.
La cancillería hondureña estima que unos 13,000 hondureños llegaron a México en los últimos meses. De ellos, 7,270 han retornado a su país voluntariamente ante las dificultades para cruzar a Estados Unidos.
La nueva caravana fue citada el lunes por el presidente estadounidense Donald Trump como una prueba de la necesidad de levantar un muro en la frontera con México para impedir la entrada de inmigrantes clandestinos.
Prisión para inmigrantes ilegales
En un nuevo esfuerzo por frenar la migración de hondureños hacia Estados Unidos, la presidencia de Honduras dio a conocer nuevas normas que restringen la posibilidad de que padres de familia que viajen con sus hijos abandonen el país de forma ilegal.
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Los padres de familia hondureños podrían enfrentar de uno a tres años de prisión por repetidos intentos de sacar a sus hijos fuera del país de forma ilegal, dijo la presidencia el lunes citando a Lolis Salas, directora ejecutiva de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF).
Salas llamó a los padres a proteger los derechos de los niños y considerar su “seguridad y protección” no exponiéndolos a las rutas migratorias, diciendo que ellos podrían “ser víctimas del crimen organizado, redes que consisten en el tráfico de personas y órganos”, según un comunicado de la presidencia.
Con información de AFP y CNN