OPINIÓN: ¿Qué hacer para cuidar al negocio de las mascotas?

Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(Expansión) – El negocio de alimentos para mascotas es uno de los más promisorios del país en medio de los vaivenes, la incertidumbre, los catarros y la volatilidad económica. Con un valor de poco más de 60,000 millones de pesos al año, este mercado se erige como una de las puntas de lanza del sector manufacturero.

Como en toda industria de consumo están los líderes, que en este caso son Nestlé y Mars que conjuntamente poseen 53% del volumen total de alimento para perros y 73% del volumen total de alimento para gatos que se venden en México. Por otro lado, conocemos a más de 100 empresas seguidoras compitiendo por un lugar en el mercado.

Es paradójico que en un país con grandes brechas en el ingreso tenga un mercado de alimentos para mascotas entre los 10 más grandes a nivel mundial. Pero tiene sentido. Entre otras cosas, porque la tasa de crecimiento de la población en México se encuentra debajo de 1.5% anual, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Esto sugiere que las familias mexicanas están madurando en edad y teniendo menos hijos que antes. La compra o la adopción de una mascota es un sustituto perfecto.

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El punto es que la posesión de una mascota implica responsabilidades y costos que afrontar. En un país con 55.3 millones de pobres, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el espacio de personas que pueden mantener a una mascota obviamente se reduce.

Actualmente, nadie sabe con exactitud cuántas mascotas hay en México. Todas las cifras que se arrojan en diversas fuentes de prensa son estimaciones. Y cuando las fuentes interesadas estiman, a veces tienden a hacerlo de forma un poco sobrada. Las fuentes más holgadas dicen que el número de perros y gatos en México ronda los 34 millones.

Otras fuentes dicen que más de la mitad de los hogares mexicanos posee al menos una mascota (un perro o un gato). Esto implicaría que 16 millones de hogares mexicanos tendrían al menos una mascota. ¿Es posible? ¿Cuál es el ingreso mínimo que una familia debe tener para poseer una mascota?

Si consideramos una población de mascotas más realista, digamos 17 millones de perros y 5 millones de gatos, el gasto promedio en alimento por mascota ronda apenas los 275 pesos mensuales. Esta cantidad representa el 11.5% del ingreso total del decil de familias de menores ingresos en México en áreas urbanas. Más aún, representa 7% de los ingresos del segundo decil de los hogares urbanos. Entonces, el 20% de los hogares mexicanos de menores ingresos (3.3 millones) tendría serios conflictos para destinar esa cantidad sólo para alimentar a sus mascotas.

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No estamos diciendo que no existan mascotas en los 7 millones de hogares rurales de México y en los hogares de menores ingresos. Porque sí las hay y en millones. Pero es más probable que el mercado con mayor capacidad de compra se encuentra dentro de un marco de 21.4 millones de hogares, que bien pueden tener una o más mascotas.

Si a los 275 pesos de gastos promedio mensuales en alimento se le añaden consultas veterinarias, arreglos y diversos accesorios, el gasto mensual se eleva llegando hasta alrededor de 1,000 pesos al mes, en promedio. En una encuesta que realizamos entre dueños de mascotas, solo un 8% gasta más de 1,500 pesos al mes únicamente en alimento.

¿Qué proponemos?

Este mercado lleva varios años creciendo a tasas de doble dígito. Por esta razón, hace dos años, el Gobierno Federal injustificadamente gravó un impuesto al consumo de 16% a los alimentos balanceados. Por las razones expuestas, pensamos que es mejor dar marcha atrás al impuesto, ahora que supuestamente hubo un cambio de política fiscal hacía la contención de la deuda. No lastimemos a una industria ganadora con una ley que sirve para sufragar gastos suntuosos y groseros del gobierno.

No le metamos dinero bueno al malo. El gobierno quizá piensa que la industria está en una posición muy holgada. Pero la realidad es que las familias gastan proporcionalmente una buena parte de sus ingresos en la manutención de sus mascotas. Por ello, hay que regresar ese dinero a las familias, que estoy convencido, lo necesitan más que los políticos.

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Por otro lado, es imperativo que una fuente imparcial ofrezca al mercado información censal sobre las mascotas. Al menos, datos sobre el número, la especie, la raza, edad y tipo de posesión de la mascota. Además, del ingreso del hogar censado.

El INEGI debe priorizar en su siguiente conteo de población, encuesta de ingreso y gasto o cualquier proyecto realizado en hogares, el levantamiento de información que ayude a contar con un dato certero sobre el número de mascotas que habitan en los hogares mexicanos.

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La industria de alimentación de mascotas es un caso de negocio interesante y del que muchas otras empresas pueden aprender. Sobre todo, en materia de emprendimiento, de desarrollo, estrategia y penetración en el mercado.

Como mencionamos antes, en México hay más de 100 empresas que se dedican al negocio, con unas 150 marcas compitiendo por un lugar en el mercado. Es precisamente a este ciento de empresas seguidoras a las que hay que salvaguardar de políticas públicas inadecuadas.