OPINIÓN: Pemex y CFE deben ganar dinero
Nota del editor: Alberto Bello es director Editorial de Negocios de Grupo Expansión. Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.
(Expansión) – El viernes recibí de un amigo un severo reproche por la portada de Expansión que se publica esta semana. En la portada aparecen los directores de CFE y Pemex bajo el titular “ Quieren ser negocio ”. El trabajo analiza las perspectivas de largo plazo de las compañías para fortalecer sus finanzas y abordar la competencia en un entorno adverso.
Puedo aceptar que el tema puede carecer de sensibilidad política ante el momento que vive el país. La excusa fácil es que las revistas se cierran semanas antes de la publicación, y estas páginas se fueron a imprenta a mediados de diciembre.
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Pensándolo mejor, defiendo justamente lo contrario: es ahora cuando debemos hablar de los planes de unas empresas paraestatales descapitalizadas por un sistema fiscal frágil y el uso populista de las subvenciones a la energía.
¿Qué ha hecho Pemex para arrancar 2017 con mejores perspectivas?, ¿a qué va a destinar el dinero de una gasolina más cara?, ¿cómo piensa CFE mantenerse competitivo en una reforma eléctrica que le presente muchos desafíos? Pemex, por ejemplo, abordó un recorte descomunal de presupuesto de 100,000 millones de pesos.
nullEso es el debate empresarial sano que debemos abordar en este momento. CFE y Pemex quieren ser negocio y esto hay que celebrarlo, porque al no serlo nos cuestan mucho más. Es esencial vigilar que este compromiso se cumpla–lo que debemos hacer, entre otros jugadores, los medios–, porque en ello nos va la productividad del país. La apertura del sector no implica que ambos pierdan su posición central en el mercado energético nacional.
Por otro lado, ni Pemex ni CFE tienen la culpa de que el gobierno federal, en un ejercicio de frivolidad más, prometiera que la reforma energética iba a bajar los precios. Este compromiso lo hizo cuando el gas natural estaba por los suelos y el petróleo entraba en un ciclo a la baja. No había manera de que se cumpliera. El mensaje debió prometer un sector competitivo que iba a ofrecer los mejores productos y precios posibles bajo las condiciones del momento.
OPINIÓN: Un gobierno que apaga desesperadamente el fuego con gasolina
Este mensaje manipulador y falaz dejó pasar la oportunidad de educar sobre cómo los precios son un mecanismo de coordinación de información en la economía. Algo que trata de decirnos allá donde va el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, cuando obviamente ya nadie está escuchando. Los desabastos de gasolineras recientes son consecuencia directa de las distorsiones que generaba los precios controlados de la gasolina en las inversiones en almacenamiento y transporte de combustible.
El marco en el que a partir de este mes se mueven Pemex, CFE y todas las empresas del sector energético es mucho más saludable. Por si solo detonará inversiones adicionales (inversión generadora de empleos), resolverá los problemas de desabasto (aún más si se liberalizan los precios internos), y permitirá a las compañías paraestatales abordar su futuro con mayor certeza, en un propósito en el que ya no están solas. Sus competidores ocuparán los espacios en los que no sean eficientes.
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Así que te invito a leer la edición de Expansión del 15 de enero. Los directores de la primera empresa de Las 500 de Expansión , Pemex, y de la quinta, CFE, nos cuentan los retos de cambio y transformación que están viviendo. Son experiencias de gestión y retos empresariales gigantescos, quizá el mayor que vive el entorno de negocios mexicano en este momento, comparable al que ofrece la demagogia del nuevo presidente estadounidense Donald Trump. Vale la pena contarlos y conocerlos.
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