OPINIÓN: Los tres fundamentos para la construcción de una startup
Nota del editor: Jordie Greenham tiene la licenciatura en Negocios en la Universitá degli Studi Parthenope di Napoli, en Nápoles, Italia. Es experto en tecnología, disrupción, innovación y liderazgo. Actualmente es fundador y CEO de Homie.mx. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.
(Expansión) – Una columna, palabra en latín que deriva sostén o soporte, es un elemento arquitectónico vertical y de forma alargada con funciones estructurales. En una startup sucede lo mismo, en donde nuestros elementos claves, que serían el equivalente a la basa, el fuste y el capitel, son la estructura financiera, tecnológica y legal.
Empezando por los cimientos financieros podemos decir que lo que tenemos que hacer es validar la bondad y rentabilidad del negocio. Muchas veces tenemos grandes ideas difíciles de monetizar y esto es empezar con una soga atada al cuello, por ende tenemos que, por más aproximado que sea, ponernos a correr números y hacer proyecciones tanto de los costos como de los ingresos.
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No es necesario ser egresado de finanzas para esto, en mi caso, la primera vez que presenté mi startup ante inversionistas estuve un par de días estudiando en YouTube cómo hacer modelos financieros y sacar valores como el VPN (valor presente neto).
Por otro lado, debemos tener en cuenta el mundo en el que vivimos y cómo nuestro proyecto puede ser más eficiente gracias a la tecnología. Mi principal recomendación en este punto, si es que no son ustedes mismos desarrolladores -y que representa el sustento fundamental de esta parte de la estructura-, es buscar un socio especializado; repito e insisto, un socio especializado.
Claro que pueden apoyarse de empresas de consultoría en “desarrollo mobile” o web, pero necesitan al menos que la estrategia y planificación sea “in-house”, y para que esto fluya de la mejor forma lo ideal es que al líder del área le interese el proyecto por ser suyo y no por ser empleado del proyecto.
nullDe hecho es poco probable que puedan levantar grandes rondas con fondos internacionales sin un integrante del equipo que respalde la tecnología personalmente en su startup. Por esto, lo más recomendable es que su equipo de tecnología los llene de orgullo. Si se sienten así van por buen camino.
“Last but not least” es realizar una buena y profunda investigación de riesgos regulatorios y jurídicos que puedan revelarse contra ustedes. Puede que estos existan y no significa que esto vaya a parar el proyecto, pero en función de conocerlos se anticipan a los mismos y de esta forma pueden crear una estrategia sólida para enfrentarlos en su debido momento.
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En la primera etapa del proyecto con mucha probabilidad no tendrán problemas en este sentido, pues la dimensión de la startup y del negocio no llaman la atención, pero conforme vayan creciendo tendrán que ir cabildeando y defendiendo cómo empatar el tema regulatorio de la mejor forma.
Recuerden que muchos emprendimientos tienen una estructura disruptiva que en muchas ocasiones no es compatible con lo anticuado que puede ser la regulación en materia. Un buen ejemplo para mí es Uber: nunca había visto una startup que en menos de un año provocara una nueva regulación en un país para poder operar según su modelo de negocio, ¡se merecen un gran aplauso por esto!
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Es muy importante que en una fase temprana de su proyecto empiecen a tomar en cuenta una estructura, casi casi de tipo greco-romana, que les permita operar de forma adecuada los frentes tecnológicos, financieros y regulatorios para asegurar el éxito de su proyecto.
Mientras mejor esté planificada la estrategia de estos tres fundamentos, más tiempo podrán dedicarle al crecimiento de la startup. ¡Estudien, planifiquen y ejecuten como lo hubiera hecho Zeus con el Olimpo!
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