OPINIÓN: La inversión, una cuestión generacional
Nota del editor: Alberto Herrera Gómez es director de Producto de GBMfondos, empresa a la que llegó en 2009. Es Licenciado en Economía por parte del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), y cuenta con estudios de posgrado en Finanzas en la Universidad de California, Berkeley. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Expansión) — Invertir siempre es una decisión personal y la mayoría de las veces se encuentra asociado a nuestras prioridades de vida tanto en lo individual como en lo familiar. Sin embargo, es importante reconocer que la etapa de vida en la que nos encontremos puede influenciar estas decisiones, de ahí la relevancia de mantener una visión general del ciclo completo de inversión en nuestra vida, para poder contextualizar cada etapa y tener una perspectiva que nos permita ir sembrando la base para construir la trayectoria adecuada para nuestro bienestar entre las etapas que tarde o temprano estaremos viviendo.
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En este sentido, presentamos las actitudes hacia la inversión más distintivas de las últimas generaciones.
Comenzamos con los millennials (18-34 años), quienes no son tan diferentes a otras generaciones a esa misma edad. Se encuentran enfocados en sus gastos de vida día a día y aunque comienzan a incursionar en el mundo de las inversiones, destacan las mayores opciones que tienen para estar informados en esta materia, principalmente a través de medios digitales y redes sociales.
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Sin embargo, todavía se encuentran presentes áreas de oportunidad en la carencia en hábitos y disciplina de ahorro que experimentaron durante su infancia. Es decir, la educación financiera impulsada por parte de sus padres ha sido todavía limitada y, por ejemplo, el aprendizaje del ahorro recurrente puede tener más repercusiones en el tiempo de lo que ellos creen, debido a que son del tipo de inversionistas que tienen el horizonte de tiempo como una de sus mejores ventajas y el costo de oportunidad de no invertir como su mayor reto.
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Por su parte, la denominada generación X (35-49 años) tienen múltiples demandas de su dinero, incluyendo el ahorro para la compra de un inmueble, pagos hipotecarios y la educación de sus hijos, es decir, la mayor parte de sus ingresos se destinan a sus obligaciones financieras y muchas veces los recursos que destinan para inversión son limitados. De igual forma comienzan a pensar en sus objetivos de financiamiento de etapas de vida en su futuro, tal como el retiro.
nullEn el caso de los conocidos como Baby Boomers (50-64 años), no debe sorprendernos que son una generación enfocada al ahorro para el retiro, sin importar nivel educativo, ingresos o riqueza. Generalmente para temas de inversiones, buscan la asesoría personalizada ya que en etapas previas también mantuvieron un rezago en educación financiera; así como les interesa el comparar y conocer más opciones, aunque destacando en muchos casos que su tolerancia al riesgo es cada vez menor y tienden a buscar estabilidad en sus recursos durante el tiempo.
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En el último caso, la generación dorada (65 o más años), prefieren el trato directo con un profesional en materia de inversiones, buscando hacer rendir de manera más eficiente sus recursos ya acumulados en años previos para lograr un nivel de vida estable, de ahí que sean más orientados al rendimiento de corto plazo en los productos de ahorro e inversión como métrica para su toma de decisiones y con esto consideran preservar el capital. En muchos casos, buscan asesoría para transferir los recursos a sus hijos o nietos, pero bajo condiciones prestablecidas por ellos mismos y mediante vehículos adecuados para garantizar el cumplimiento de esos deseos tal como son los fideicomisos.
Una vez que te has ubicado, en cualquier etapa previamente señalada, considera construir un plan que te permita invertir a través de las etapas restantes de vida, en donde el hábito de aportaciones recurrentes y disciplina de invertir son una constante al igual que segmentar recursos por objetivos específicos.
Es muy importante que tu plan considere las opciones de invertir de forma intertemporal y con objetivos simultáneos, es decir, puedes comenzar en una etapa a invertir para cumplir el objetivo de una o dos etapas posteriores. Finalmente, recuerda cada dinero tiene un fin, horizontes y estrategia particular.
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