OPINIÓN: Trump hace un daño irreparable a la credibilidad de la Casa Blanca
Nota del editor: Brian Klaas es investigador de Política Comparada en la London School of Economics. Escribió el libro The Despot's Accomplice: How the West is Aiding & Abetting the Decline of Democracy. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(CNN) — A lo largo de la semana pasada, tres altos funcionarios de la Casa Blanca renunciaron o quedaron despedidos. La purga, que terminó con la designación del general John Kelly como jefe de gabinete de Donald Trump , supuestamente tenía como objetivo imponer un nuevo grado de disciplina en una presidencia que se ha visto frustrada por el caos, el escándalo y una absoluta falta de logros legislativos importantes .
Desafortunadamente, la purga no resolverá el problema en la Casa Blanca. Eso se debe a que el problema en la Casa Blanca es Donald Trump.
Esa verdad desafortunada quedó más que clara el martes 1º de agosto, cuando el sitio web Politico publicó la transcripción completa de la entrevista que Trump dio el 25 de julio al diario estadounidense The Wall Street Journal desde el despacho oval. Francamente, la transcripción es extraña… e incluye muchas declaraciones incoherentes y divagaciones sin sentido.
Es un texto alarmante, particularmente si recuerdas que la persona que está intentando hablar con autoridad o coherencia sobre prácticamente cualquier tema es la persona que está a cargo del poderío militar de Estados Unidos y de sus códigos de lanzamiento de armas nucleares.
Estas son las tres cosas más importantes que podemos deducir de la entrevista: primero, que Trump, en el mejor de los casos, tiene un entendimiento superficial de todos los temas importantes de política, ya sean los servicios de salud o la reforma fiscal. Cuando le piden detalles, Trump recurre a lugares comunes vacíos y se sale por la tangente, diciendo: "ya veremos qué pasa".
En segundo lugar, la entrevista nos deja echar un vistazo a una mente que está singularmente obsesionada con su victoria electoral de noviembre pasado… cosa que ocurrió hace 268 días. Una y otra vez, Trump se muestra atrapado en un pasado distante al que percibe glorioso, lo que lo distrae de crear un mejor futuro para Estados Unidos.
En tercer lugar, es increíblemente frecuente que Trump haga declaraciones falsas, fáciles de desmentir, incluso sobre cuestiones triviales. Su relación informal con la verdad, que nos hace pensar que cree que es una molestia de la que puede prescindir, ha destruido la credibilidad de la Casa Blanca en tan solo seis meses.
Echemos un vistazo más de cerca a las lecciones clave de esta extraña entrevista a través de las citas del mismo presidente.
El reportero le hizo a Trump varias preguntas fáciles sobre proyectos políticos, preguntas que cualquier político normal habría manejado fácilmente. Sin embargo, sus respuestas apestan; Trump le da vueltas sin sentido a la pregunta y no la responde. Su respuesta a una pregunta básica (¿cuáles son los principales objetivos de su plan fiscal?) comenzó así: "Quiero crecimiento. Somos el país con los impuestos más altos en el mundo, esencialmente, ya sabes, el tamaño. Pero somos el país con los impuestos más altos en el mundo [nota: no es cierto]. Tenemos… nadie sabe la cifra. Quiero decir, cuando hablamos durante el debate, era de 2.5 billones, cuando la persona más elegante… ya sabes… yo lo llamo 'sr. Elegancia'. Lo que quiero decir es que fue un gran debate. Hicimos un trabajo excelente…".
Esto no tiene sentido. Con esta respuesta reprobaría un examen de primaria por la falta de claridad, las incoherencias y las divagaciones. Pero más allá de los giros difíciles de entender de esta respuesta, la entrevista también muestra que su entendimiento de los debates políticos es asombrosamente superficial. Comete errores repetidamente cuando da detalles, pero la mayoría de las veces los evita y se repliega a un territorio más seguro que conoce bien: su victoria electoral.
Cuando le preguntaron si esperaba trabajar con los demócratas del Congreso para aprobar una propuesta de ley de infraestructura (los demócratas han señalado que están dispuestos a trabajar en ello con Trump), su respuesta comenzó de la siguiente forma: "Bueno, lo intentaron… lo intentaron conmigo. Ella gastó cientos de millones de dólares en comerciales negativos. No hizo prácticamente ningún comercial positivo. Perdió fácilmente, ya sabes, 306 a 223, creo, ¿cierto? 223 o algo así".
La pregunta era sobre infraestructura. Era sobre bipartidismo. Trump la volvió una oportunidad de discutir la derrota de su oponente en las elecciones de noviembre pasado. Imagínense qué habría pasado si Barack Obama se hubiera obsesionado con haberle ganado a John McCain en agosto de 2009. Habría dado la impresión de que estaba trastornado… con toda razón. Sin embargo, una y otra vez, Trump se obsesiona con las elecciones y confunde el disparo de salida de su presidencia con la meta.
Finalmente, Trump miente o engaña repetidamente en la entrevista, incluso sobre cuestiones totalmente intrascendentes para todos, salvo para Donald Trump. Por ejemplo: cuando le preguntaron sobre el discurso polémico que dio a los Boy Scouts (en el que dio las gracias a los niños por haber votado por él antes de deleitarlos con la historia de una fiesta en Nueva York ), Trump afirmó que el director de la organización lo llamó para decirle que "había sido el mejor discurso que les habían dado". Aparentemente, la organización negó que esa llamada hubiera ocurrido e incluso reprendieron públicamente a Trump por haber dado un discurso tan politizado en un evento apolítico para niños.
Estas falsedades (mentiras descaradas) que abundaron en la entrevista se suman a la mentira descubierta más recientemente en el equipo de Trump porque ahora está claro que el presidente estuvo directamente involucrado en la redacción de una declaración deliberadamente deshonesta sobre la reunión que Donald Trump hijo tuvo con los rusos, quienes presuntamente le ofrecieron información comprometedora sobre Hillary Clinton durante la campaña. Esta revelación se contrapone a las vehementes negaciones de la Casa Blanca y de los mismos abogados de Trump.
nullLa credibilidad de la Casa Blanca es importante. Trump la ha sacrificado voluntariamente, la ha desechado sin razón para presumir cosas tan triviales como un discurso para los Boy Scouts. La pérdida de la credibilidad del presidente de Estados Unidos tendrá consecuencias graves, tanto para los planes internos de Trump como para la situación de Estados Unidos en el mundo. Esto no es nada divertido.
Esta entrevista sin sentido es una forma más de echar un vistazo a la Casa Blanca. Nos deja en claro que los cambios recientes en el personal no servirán de mucho para rescatar a la presidencia de Trump, porque el verdadero problema de la presidencia de Trump comienza en lo más alto.
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