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OPINIÓN: La nota que Obama le escribió a Trump desafió a la historia

Tim Naftali escribe que la carta que Barack Obama le escribió a Donald Trump es diferente a las cartas personales de sus predecesores más recientes.
mar 05 septiembre 2017 11:40 AM
Presidentes US
Presidentes de EU En un encuentro en la Casa Blanca el 10 de noviembre de 2016, Barack Obama prometió que haría todo lo posible para que Trump tuviera éxito. (Foto: KEVIN LAMARQUE/REUTERS)

Nota del editor: Timothy Naftali fue director de la biblioteca Richard Nixon y es experto de CNN en historia de las presidencias. Da clases de Historia y de Administración Pública en la Universidad de Nueva York. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) — Las elecciones habían sido amargas y el presidente saliente estaba ofendido con la promesa arrogante del vencedor de hacer una revolución política en Washington D. C. Ya no le quedaban fuerzas para ser cortés.

De hecho, el segundo presidente de Estados Unidos, John Adams, faltó a la toma de protesta de Thomas Jefferson, en 1801, y le dejó únicamente, de acuerdo con la historiadora Joyce Appleby , "una nota cortante en la que le informaba que había siete caballos y dos carruajes en los establos de la Casa Blanca".

El tono de la carta que Barack Obama dejó a su sucesor , Donald Trump, el día de su toma de protesta, y que se dio a conocer el domingo 3 de septiembre, pertenece a una tradición diferente, al ritual presidencial moderno de dejar notas privadas en el escritorio del despacho oval como gesto de despedida para el siguiente ocupante.

Lee: La carta que Obama dejó a Trump en su toma de posesión

A partir de la nota breve que Ronald Reagan le dejó a George H. W. Bush en 1989 (con la frase "no dejes que los pavos te venzan", muy al estilo Reagan ), el gesto se volvió una tradición cuando George H. W. Bush, aficionado a escribir cartas, escribió su nota para Clinton en 1993. A pesar del dolor que sentía por su propia derrota aplastante, Bush terminó su carta con la frase gentil: "te estoy echando muchas porras". El tema de la carta de Bush fue que como solo tenemos un presidente a la vez, queremos que esa persona tenga éxito.

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Aunque refleja esta tradición, la carta de Obama es diferente a las notas personales de sus predecesores más recientes, cosa auténticamente inusual en la historia reciente. Sin embargo, no sorprende porque está dedicada a una persona que se declaró orgullosamente ajena a la tradición presidencial moderna.

La nota es más cortés que coloquial, con más aspiraciones que inspiraciones. Aunque es más larga y característica de los diferentes aspectos del autor (el presidente Obama, el profesor Obama y Barack Obama, el hombre común), la carta es también un producto de las elecciones turbulentas de 2016. A riesgo de leer demasiado entre líneas, parece que refleja no solamente una redacción cuidadosa, sino un interés considerable en las implicaciones de que Trump sea presidente.

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En términos históricos, parece inconcebible que cualquier presidente moderno haya sentido la necesidad, como en el caso de Barack Obama, de recordarle a su sucesor que su función es guardar las instituciones democráticas y la importancia del Estado de derecho.

No obstante, como Trump acicateó repetidamente las pasiones anticonstitucionales cuando era candidato (sus ataques contra el juez Gonzalo P. Curiel , su compromiso de " encerrar " a su oponente, su manifiesto escepticismo respecto a la Primera Enmienda), Obama debe haber puesto un ojo a la historia y otro a Trump cuando le advirtió implícitamente a dónde podrían llevarlo estas fuerzas oscuras.

nullDe Reagan a Obama, cinco presidentes de ambos partidos se comprometieron con un mercado más libre, con fronteras más abiertas y con un intercambio cultural en mayor o menor grado. Trump, quien durante su campaña se opuso intensamente al supuesto globalismo, es el primer ocupante del despacho oval desde 1989 que no muestra esta comprensión básica de la función de Estados Unidos en el mundo. Cuando era candidato, Trump juró regresar en el tiempo al aislacionismo mezquino y desastroso del movimiento de "Estados Unidos es primero" de la década de 1930. En la carta de Obama se le pide a Trump, tácitamente, que piense dos veces en hacerlo.

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A pesar de estas advertencias tan sutiles, Obama evitó el partidismo y omitió hacer mención de cuestiones políticas específicas (el derecho a una atención médica asequible, la importancia del cambio climático o la importancia de no darles la espalda a los jóvenes hijos de inmigrantes indocumentados).

Sin embargo, halagó a Trump al relacionar el ascenso de ambos hombres a lo más alto de la pirámide estadounidense al decir: "nos bendijeron a ambos, de formas diferentes, con una muy buena fortuna". Así, Obama hizo una transición suave hacia una cuestión más importante: que la mayoría de los estadounidenses no empieza la vida en una situación ventajosa, que es importante que como presidente, Trump "construya más escaleras hacia el éxito" para la gente trabajadora que no tuvo la misma suerte que ellos.

Entonces, ¿qué pensó este presidente poco ortodoxo de los comentarios de Obama? Poco después de su toma de posesión, Trump le dijo al público que no solo había recibido una carta "hermosa" de Obama, sino que la "atesoraría".

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En ese entonces, no sabíamos qué decía. Ahora que lo sabemos, es fácil llegar a la conclusión de que Trump tiene una forma muy rara de demostrar que atesora algo. Aunque nos faltan muchos años para alcanzar una comprensión histórica profunda de los tejes y manejes de la presidencia de Trump (ya no digamos de la mente del presidente), hay pruebas considerables de que este presidente no se ha tomado en serio ninguna de las observaciones de su predecesor.

Por mencionar solo unos ejemplos, está el ataque de Trump al poder judicial tras el fracaso de su prohibición inmigratoria inicial; el despido del director del FBI, James Comey ; su vacilación con las obligaciones que Estados Unidos tiene por tratado con la OTAN; sus constantes ataques retóricos contra viejos aliados de Estados Unidos (sin mencionar el retiro del Acuerdo de París ), y sobre todo, sus comentarios reveladores y perturbadores después de los acontecimientos de Charlottesville.

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El que Trump rechace el espíritu de la carta de Obama no parece ser cuestión de filosofía o de política, parece algo personal. En la última frase, la carta incluía una oferta amable, algo similar a la mano que los presidentes anteriores les han extendido a sus sucesores. "Michelle y yo les deseamos a usted y a Melania lo mejor en esta gran aventura", escribió el expresidente de Estados Unidos en enero de 2017. "Sepa que estamos listos para ayudarle de cualquier forma en la que podamos". Menos de dos meses después, Trump tuiteó que Obama era una "hombre malo (o enfermo)".

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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