OPINIÓN: Superar el sismo, un trabajo de equipo en las empresas
Nota del editor: Erika Villavicencio-Ayub es Doctora en Psicología de la Salud Ocupacional. Además de ser investigadora y profesora de psicología organizacional y recursos humanos en la Universidad Nacional Autónoma de México, es consultora de empresas. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autora.
(Expansión) — El martes 19 de septiembre, Carlos se encontraba en un corporativo ubicado en Santa Fe retomando las actividades laborales después de haber realizado el simulacro conmemorativo del sismo de 1985, cuando escuchó de nuevo la alarma sísmica y a escasos segundos sintieron el movimiento del temblor. También se replegaron, pero ahora con descontrol, miedo, algunos llantos y aterrados ante el sonar de los vidrios que cubren todo el edificio.
En las noticias anunciaban inmuebles derrumbados, provocando que la gente saliera a las calles para localizar a sus familiares. Sin lograr comunicarse con su familia, manejó desesperado para ver a su hijo de nueve meses y verificar el estado de su vivienda; para ello cruzó la ciudad congestionada durante cuatro horas, hasta la delegación Benito Juárez, una de las afectadas.
Consternado por lo que podía observar en las calles, con el impulso de salir a ayudar, tomó una canasta de plástico azul llena de cosas, incluyendo víveres, papelería y ropa, junto con un chaleco y un cubre bocas. Participó en la ayuda de dos edificios derrumbados, uno ubicado en Saratoga con Eje 7, y otro en Tlalpan. Fue testigo del rescate de varios sobrevivientes y cuerpos que lograron sacar de los escombros.
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Fue hasta el jueves que regresó a trabajar, cansado y muy afectado por todo lo vivido; sigue sin poder dormir por las noches, con miedo ante cualquier vibración y sonido que alcance a percibir, pero también muy conmovido por ver cómo la gente colaboró ordenadamente en las diferentes tareas que se requerían, todos fungiendo como un equipo de trabajo orquestado.
A decir de él, ningún compañero de trabajo está listo aún para retomar labores; la gran mayoría tiene miedo, está ansioso, no se concentra en sus tareas. Algunos no quieren ir a trabajar… tienen una gran necesidad de estar cerca de sus hijos: hay pavor por dejarlos en la escuela…
OPINIÓN: El apoyo en estados de 'colapso' psicológico
El caso de Carlos es uno entre los de trabajadores que integran las plantillas de personal de diferentes empresas en los estados más afectados por el sismo. La magnitud de lo sucedido impactó en diferentes ámbitos, incluido el empresarial. Sin embargo, todavía es muy pronto para calcular la afectación a la productividad. Se estima que en el último trimestre del año se tengan cifras más claras de esto.
A partir de ese día, las empresas tienen dos tipos de trabajadores, los que se vieron afectados directamente por el sismo y los que lo vivieron indirectamente. En ambos casos es importante que los directivos estén sensibilizados ante las consecuencias que esto conlleva y que puedan reaccionar con diferentes estrategias de intervención, que reduzca en lo más posible la afectación en la productividad.
nullHasta cierto punto es “normal” que los trabajadores presenten reacciones derivadas del estrés vivido y que éstas se vayan disminuyendo en los primeros meses. En caso de alargarse por más de seis meses, ameritará atención especializada. Pero la peor opción es pretender que no pasó nada e ignorar los malestares. Si bien no hay ganas de hacer nada, viene un proceso de adaptación, que afectará el desempeño; sin embargo, es de gran ayuda ir retomando las actividades cotidianas para distraer los pensamientos del suceso, hacer “ayuno” de noticias, también procurar descansar, y tener actividades de desahogo.
OPINIÓN: Primero seres humanos antes que líderes frente a la tragedia
Las empresas deben contar con protocolos de seguridad en casos de emergencia, conocer la situación de los colaboradores, tener actualizado un inventario de recursos humanos, hacer revisiones de las instalaciones a través de dictámenes que brinden tranquilidad a los trabajadores, identificar necesidades inmediatas, hacer actividades que permitan la contención emocional, brindarles herramientas de afrontamiento, apoyo especial a los colaboradores que perdieron su hogar, a los que perdieron un ser querido e incluso a los que realizan acciones humanitarias.
Pero las empresas también deben “aprovechar” positivamente este hecho. A partir de ese día se percibe dentro de algunas empresas un ambiente más positivo: se reforzaron los lazos entre los compañeros, pareciera que siguen con ánimo de ayudar a los demás. Por ende, se debe entender cómo es que los colaboradores “funcionan” y se organizan mejor, y dejar de ir a contracorriente, provocando altos índices de rotación y de falta de compromiso laboral.
Ha sido muy alentador la respuesta de la sociedad ante este tipo de eventos trágicos; en la cultura mexicana sigue presente el ser solidario , altruista y sobre todo las nuevas generaciones, como los millennials, después de haber sido ampliamente señalados en sus comportamientos, en esta ocasión ocuparon las calles, tomando la batuta en varios mecanismos de apoyo, como el uso de la tecnología para facilitar el acceso a ayuda, mostrando habilidades de comunicación efectiva, colaboración, trabajo en equipo, liderazgo, con una contribución significativa en este acontecimiento y es importante entender que, si están convencidos por la causa y tienen claridad de lo que hacen, son muy eficientes en el logro de objetivos.
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