OPINIÓN: ¿Cómo reconstruir la ciudad sin tropezarse con la misma piedra?
Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Síguelo en su cuenta de Twitter @IvanFranco555 . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) — La reconstrucción de una ciudad resiliente debe tener en cuenta un escenario clave. ¿Qué pasaría si volviera a temblar en uno o en cinco años con la misma intensidad? ¿Cuántas edificaciones de la nueva ciudad colapsarán? ¿Qué tecnologías se estarán incluyendo en las nuevas edificaciones y en las reparadas para minimizar las pérdidas? ¿Qué hacer para que la gente no quede desamparada nuevamente?
OPINIÓN: La reconstrucción será un motor económico de corto plazo
El pasado 19 de septiembre la Ciudad de México se tropezó con una piedra conocida. Al parecer, en el fondo las cosas no han cambiado desde 1985. En aquel tiempo, con relativa rapidez, la ciudad se reconstruyó al amparo de numerosas irregularidades en materia de edificación. La prisa marcó el paso sin mucho enfoque en la prevención y en el apego a la normatividad. Esta vez, necesitamos tomar otra dirección, no solo reconstruir por reconstruir.
A continuación, enumero cuatro puntos clave en la ruta crítica de la reconstrucción de la CDMX:
1. Coyuntura política
Con las elecciones locales y federales en puerta el tiempo se convierte en el activo más escaso en la tarea de reconstrucción. El gobierno local quiere dar certidumbre a como dé lugar que la reconstrucción tendrá un camino fluido.
OPINIÓN: "El" gobierno no existe
La coyuntura política de la ciudad se da en un momento crítico y poco propicio por las apremiantes circunstancias. El próximo año la ciudad estará forrada de proselitismo político, lo que añadirá un ingrediente de complejidad a la tarea de reconstrucción.
En cuanto al impacto económico de la reconstrucción, es importante ponerlo en perspectiva y señalar que la derrama económica (en el 2018) para la CDMX será solo una fracción de lo que representaría la vertiginosa derrama de las campañas políticas.
2. Los recursos
De acuerdo con información de prensa, se han contabilizado cerca de 8,405 viviendas afectadas en la ciudad, de las cuales, 2,193 están catalogadas en código rojo o pérdida total. Las ayudas están llegando en especie y a través de los créditos de algunas instancias, así como del fondo del gobierno local. Sin embargo, la partida federal del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden) no ha llegado. Esto, debido a que las reglas del programa impiden la entrega de recursos por parte de la federación al gobierno de la CDMX.
OPINIÓN: ¿Cuánto pudieron haberse ahorrado los constructores a costa de vidas humanas?
Hasta ahora no se sabe cuándo y cómo llegarán (si es que llegan) los recursos del Fonden para los habitantes afectados de la ciudad. El presupuesto actual del gobierno local no es suficiente para reparar los daños. ¿De dónde saldrán los recursos faltantes?
3. Nuevas tecnologías para la prevención de desastres
En la delegación Álvaro Obregón se anunció la construcción de casas con tecnología anti sismos. Esto es positivo, no obstante, ¿qué pasará con los edificios de la Zona Rosa, Roma-Norte, Condesa y Narvarte?
nullSegún el segundo informe sobre la afectación del sismo del gobierno capitalino, la Zona Rosa fue la más dañada por el terremoto en términos comerciales, considerando el número de empleados y el valor de su actividad económica. ¿Qué normas se aplicarán para la reparación de las edificaciones afectadas y la construcción de las nuevas? El comité encargado está a dos semanas de anunciarlas. Veremos.
4. La legislación en materia de reconstrucción
La iniciativa de ley enviada en días pasados por el Jefe de gobierno capitalino a la Asamblea Legislativa busca favorecer la construcción vertical. Se busca darle celeridad a la reconstrucción sin detenerse a ponderar los elementos de prevención para futuros siniestros.
El tema más controversial, hasta ahora, es el aumento del coeficiente de utilización del suelo en 35%. Es decir, la ley garantiza que si un edificio antes contaba con 10 pisos, bajo la nueva ley, se puedan construir tres y medio pisos adicionales. Además, se reconocerían derechos adquiridos por violaciones anteriores a la normatividad de construcción. La señal que se envía con esta iniciativa es que se quiere construir a cualquier costo. Incluso, de legalizar lo ilegal.
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A un mes del terremoto que azotó a la ciudad y una vez concluido el censo de los daños, la reconstrucción y la reparación de miles de inmuebles afectados es una tarea que requiere velocidad y recursos. Sin embargo, ambos elementos se contraponen con el factor de prevención. Una ciudad reconstruida de esta manera no será una ciudad segura.
La realidad es que la CDMX debe rehabilitarse anticipando un próximo siniestro. La tragedia del pasado 19 de septiembre es una llamada de atención para las autoridades para privilegiar la seguridad y la prevención, sobre el negocio de la construcción, de la irregularidad, de la política y la arbitrariedad.
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