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OPINIÓN: Por el bien de DACA, los demócratas no deben engancharse con Trump

Sin importar qué pienses de tu compañero de negociaciones, decir que alguien es racista es una de las mejores formas de frenar en seco las pláticas, apunta Scott Jennings.
mar 16 enero 2018 12:00 PM
Trump
Trump Los tuits en los que Trump afirma que los demócratas no quieren llegar a un acuerdo sobre la DACA son prueba para sus detractores de que la Casa Blanca está tratando de poner fin a las negociaciones. (Foto: JIM WATSON/AFP)

Nota del editor: Scott Jennings es colaborador de CNN y fue asistente especial de George W. Bush en la presidencia de Estados Unidos. Es socio de la agencia RunSwitch Public Relations de Kentucky, EE. UU. Síguelo en Twitter como @ScottJenningsKY. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(CNN) — Cuando veo a la gente tratar de negar o de redimir al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por sus supuestos comentarios en una reunión bipartidista en el Despacho Oval para tratar la reforma inmigratoria, no puedo evitar pensar en si eso tiene importancia . Usualmente llamas a los bomberos cuando ves humo, no días después de que tu casa se incendió.

Este intento de arreglar las cosas parece una forma particularmente boba de tratar de dejar esto atrás. Está claro que Trump dijo algo como lo que se ha reportado. Esta distinción no hace ninguna diferencia y el que sus aliados sigan tratando de discutirlo lo perjudica aún más.

Los comentarios de Trump fueron viles y afectan a los intereses de los estadounidenses tanto dentro como fuera del país, particularmente en el continente africano, en donde son demasiado importantes como para que el presidente manifieste dichas opiniones. Trump sabe bien que tenemos soldados librando la guerra contra el terrorismo en varios países africanos y que estamos peleando con el gobierno chino por la influencia económica en la región (batalla que, de acuerdo con algunas personas, estamos perdiendo tras años de logros iniciados por George W. Bush y que Obama trató de mantener).

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Insultar a África le resta valor al tiempo, a la energía y a los recursos que el gobierno estadounidense ha destinado para salvar millones de vidas y para crear un continente amigable para sus intereses. De igual forma, Trump es la única persona que puede convencer a las bases republicanas de aceptar cualquier compromiso que surja respecto a la reforma inmigratoria y al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés).

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Trump dijo estas cosas horribles en la segunda reunión bipartidista sobre la reforma inmigratoria que se llevó a cabo en la Casa Blanca a lo largo de una semana. La primera vez, lo hizo muy bien. "Espero que lleguemos a una solución para la DACA", dijo Trump en esa reunión cuando llamó a los negociadores del Congreso a aprobar "una propuesta de amor".

Claro que los detractores de Trump señalan que sus comentarios groseros y los tuits en los que afirma que los demócratas no quieren llegar a un acuerdo sobre la DACA son prueba de que la Casa Blanca está tratando de poner fin a las negociaciones. Desde que se dio a conocer la noticia de sus comentarios, los noticieros de televisión por cable han transmitido horas y horas de demócratas (y algunos republicanos y conservadores) diciendo que Trump es racista.

El domingo 14 de enero, María Cardona, una estratega demócrata, dijo a Ana Cabrera de CNN que Trump es racista, xenófobo y fanático, opinión que repitió en un artículo para el sitio web The Hill. Agregó que los demócratas tendrán que darle la vuelta a Trump y manifestó que confía en que los demócratas "tendrán éxito pese a él, no gracias a él" en la negociación de un acuerdo relativo a la DACA.

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Si los comentarios de Cardona representan lo que piensan en su partido, ¿parece que los demócratas quieren negociar con Trump de buena fe? Podrías entender que cualquiera (incluido Trump) llegaría a la conclusión de que los demócratas en realidad no quieren un acuerdo si hubiera visto esa discusión en el panel de CNN.

Hasta el domingo por la noche, el mensaje de los analistas demócratas fue que Trump es racista y que deberíamos implementar leyes sin él. Igualmente contraproducentes son las maniobras como la de los diputados demócratas Jerrold Nadler y Cedric Richmond, quienes se comprometieron a presentar una propuesta de ley para censurar a Trump por sus comentarios.

Este argumento sería absurdo y contraproducente en cualquier negociación legislativa. A esos detractores les recomendaría que piensen en lo que el senador por Kentucky, Rand Paul, dijo en el programa Meet the Press este fin de semana: "No puedes llegar a un acuerdo inmigratorio si todo el mundo anda llamando racista al presidente ". Tiene razón. Sin importar qué pienses de tu compañero de negociaciones, decir que alguien es racista es una de las mejores formas de frenar en seco las pláticas. Sin importar si crees que es racista o no, ¿vale la pena acabar con el acuerdo para los dreamers en aras de ser grandilocuente al usar esta palabra?

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La verdad es que casi todo el mundo quiere que haya un acuerdo sobre la DACA porque es lo correcto. En una encuesta que CNN llevó a cabo en diciembre se determinó que el 83% de los estadounidenses quiere que los dreamers se queden, incluido el 67% de los republicanos. Estos dreamers merecen certidumbre jurídica después de vivir en el limbo por muchos años a causa de un decreto dudoso que firmó Barack Obama. Trump no creó este decreto, pero ahora es parte del equipo que lo arreglará.

Esperemos que esta semana se imponga la cordura. A los senadores Tom Cotton y David Perdue les pido que dejen de teorizar sobre lo que Trump dijo. A los legisladores y a los analistas demócratas les pido que le bajen a la indignación y que sean más constructivos. Su intento por decir la palabra "racista" lo más posible en televisión tal vez les sirva para ganar puntos, pero está creando una atmósfera política tóxica.

Al presidente Trump le pido que siga organizando reuniones bipartidistas para llegar a una solución. Está a punto de resolver uno de los problemas más complicados de la política estadounidense: la reforma inmigratoria. Un triunfo que incluya una solución para los dreamers, el incremento de la seguridad fronteriza y la reforma a algunas de las partes más inoperantes de nuestro sistema inmigratorio será un legado del que no se arrepentirá. Mientras está en eso, por favor consulte con el general Kelly y con el secretario Mattis cuál es la importancia geopolítica de lo que estamos haciendo en África.

Necesitamos que Trump sea parte de la solución, que esté comprometido y listo para promover una solución legislativa para los dreamers. Que la gente esté enloqueciendo en televisión esta semana reduce las probabilidades de que eso pase.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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