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OPINIÓN: Algo mejor que los aranceles para mejorar el panorama comercial de EU

El aumento de los aranceles entre Estados Unidos, Canadá y México solamente servirá para debilitar un aparato manufacturero bien aceitado, opinan George P. Shultz y Pedro Aspe.
vie 01 junio 2018 09:45 AM

Nota del editor: George P. Schultz fue director de Administración y Presupuesto de Estados Unidos, secretario del Tesoro y secretario de Estado; es investigador de la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Pedro Aspe fue secretario de Economía de México. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a los autores.

(CNN) —El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dicho una y otra vez que los principales socios comerciales de su país se están aprovechando. Los asesores del gobierno de Trump afirman que los tratados comerciales resultan en déficits comerciales que han debilitado la economía estadounidense.

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Peter Navarro , asesor comercial, fue aún más lejos. Para ellos, el déficit comercial gira alrededor de la victimización: es una señal de debilidad y el fracaso político de un país, prueba de que dejas que tus socios comerciales abusen de ti.

Estamos de acuerdo en que desde hace mucho hay abusos en los patrones comerciales actuales de Estados Unidos. Por ejemplo: las empresas estatales no deberían tener permitido competir con empresas privadas en desigualdad de condiciones, sin importar en dónde estén. Las oportunidades de inversión extranjera deberían ser recíprocas.

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Sin embargo, el déficit comercial no es buen indicio de en dónde se pueden encontrar estos problemas, así que recurrir a aranceles generalizados para reducir el déficit general no resolverá los problemas comerciales.

Gracias a muchas de las relaciones comerciales actuales, Estados Unidos es más competitivo en el escenario mundial. De hecho, gran parte de ese déficit comercial es consecuencia de factores internos como las decisiones fiscales de Estados Unidos.

nullUn déficit comercial es sencillamente la consecuencia de que un país gaste más de lo que produce, lo que puede ocurrir en tres casos generales:

  • Si el sector público gasta más de lo que recauda (déficit presupuestal) mientras que el sector privado invierte justamente lo que ahorra;
  • Si el sector privado invierte más de lo que ahorra mientras que el gobierno mantiene presupuesto equilibrado; o
  • Si el gobierno tiene un déficit presupuestal que excede los ahorros netos del sector privado.

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Los tres dependen más de las decisiones individuales y las dinámicas agregadas de los actores internos de un país que de las decisiones de sus socios comerciales. Uno de los principales actores de esta dinámica es el gobierno de un país.

La política de gasto público tiene un efecto directo sobre la balanza comercial. Si todos los demás factores son iguales, el aumento del déficit presupuestal de un país tiene como consecuencia el deterioro de su propia balanza comercial, mientras que el fomento de un equilibrio fiscal la mejora.

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Los economistas tienen diferentes explicaciones para esto: hay quien dice que es el potencial de elevar las tasas de interés para fortalecer al dólar e incentivar las importaciones; otros atribuyen esos mismos impactos monetarios al aumento de los dividendos reales de las inversiones internas en un entorno fiscal favorable.

El tercer punto de vista, que se describió líneas arriba, es sencillamente que el incremento del consumo a un ritmo mayor al de la producción se traduce en que parte de esa brecha se llena con importaciones.

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Según las cifras mensuales de la Dirección de Presupuesto del Congreso estadounidense, durante el año fiscal 2017 el gobierno estadounidense tuvo un déficit de 665,000 millones de dólares , el equivalente al 3.5% del PIB. En el más reciente pronóstico económico a 10 años, este déficit presupuestal alcanzará los 804,000 millones de dólares en el año fiscal 2018, el equivalente al 4.0% del PIB.

Es más, el pronóstico indica que la trayectoria ascendente del déficit continuará en 2019 y 2020 y que será de 981,000 millones de dólares y de poco más de 1 billón de dólares respectivamente, lo que equivale en ambos casos al 4.6% del PIB.

nullEstos pronósticos se basan en gran medida en que el gasto gubernamental crece más rápido que la economía en general, según lo indica el PIB. De ahora en adelante, el gasto gubernamental estadounidense aumentará incontrolablemente si no se implementan reformas internas en los tres ámbitos que componen más de la mitad de su presupuesto : jubilación, atención médica y los intereses crecientes de la deuda en sí.

Este incremento del déficit fiscal estadounidense tarde o temprano se traducirá en un déficit comercial total más alto, justamente lo contrario de lo que Trump pretende. Cuando eso ocurra, no servirá de nada culpar a Canadá, a México, a la Unión Europea o a China de las decisiones que se tomaron al interior de Estados Unidos.

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El aumento de los aranceles entre Estados Unidos, Canadá y México solamente servirá para debilitar un aparato manufacturero bien aceitado que funciona gracias al alto nivel de integración de las tres economías en su cadena de suministro. Gracias a esta integración, la región en conjunto es más competitiva frente al mundo.

Hoy, la manufactura estadounidense incorpora a proveedores canadienses y mexicanos para ser competitiva y para exportar sus mercancías a todo el mundo. La perturbación de esta integración con aranceles más altos no ayuda en nada a América del Norte y solo beneficia a China, que ha demostrado que no le interesan las cadenas de suministro estadounidenses.

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Entonces, vemos que el presidente Trump puede hacer la diferencia en la competitividad del comercio estadounidense. Pero debería asegurarse de que sus decisiones sirvan para obtener los resultados que tanto él como sus electores quieren. Nuestra solución al déficit comercial es que el gobierno controle su propio déficit.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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