OPINIÓN: La tolerancia cero, política de humanidad cero que tiene cero sentido

Nota del editor: Jeff Merkley es senador demócrata por Oregon (Estados Unidos) y Chris Van Hollen es senador demócrata por Maryland (Estados Unidos). Síguelos en Twitter como @SenJeffMerkley y @ChrisVanHollen , respectivamente. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a los autores.

(CNN) — Embarazada y temiendo por su bebé nonato, una mujer escapó de las amenazas de muerte de un cartel en Honduras y emprendió el viaje hacia Estados Unidos. En el camino dio a luz a su hija, Andrea. Al llegar a la frontera con Estados Unidos, en la garita de Hidalgo, vio algo desolador: los guardias fronterizos impedían que los solicitantes de asilo entraran a Estados Unidos por el paso peatonal.

OPINIÓN: Lo que Melania puede hacer para que le creamos

Tras varios días de pedir que la dejaran entrar para presentar su solicitud de asilo sin conseguirlo, vio a un hombre que se ganaba unos dólares limpiando parabrisas y le preguntó si tenía un limpiador que pudiera prestarle. Nos contó cómo se abrió paso de México hacia la garita, coche por coche, haciéndose pasar por limpiaparabrisas. Cuando al fin llegó al umbral, pudo entrar a Estados Unidos a pedir asilo.

Sin embargo, de acuerdo con los nuevos estándares de asilo del fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions (que podrían excluir a quienes, como ella, huyen de las amenazas de las pandillas letales), probablemente no tenga derecho. ¿Qué será de ella y de su bebé de 65 días de nacida?

Otra joven, cabizbaja por la desesperanza y la resignación, nos contó que se presentó para pedir asilo en un cruce fronterizo, en donde la acusaron de cruzar la frontera "ilegalmente". Espera en un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), sin saber si volverá a ver a su hijo y sin representación legal. ¿Volverá a ver a su pequeño?

OPINIÓN: Sra. Trump, ¿por qué no contraataca por los niños?

Otra mujer estaba angustiadísima por la salud de su hijo porque los guardias fronterizos que se lo llevaron no registraron sus necesidades médicas. "¿Por qué no preguntaron?", se pregunta, alzando las manos al cielo y sacudiendo la cabeza, derrotada por la preocupación y la frustración. ¿Cómo se enterará del estado de salud de su hijo?

Imagina que llegas a otro país, que no hablas el idioma y que de repente te quitan a tu bebé y desaparece. Imagina el terror que siente el niño y la angustia de la madre que sabe que no puede hacer nada para consolar a su bebé. Imagina la frustración insoportable de preguntar día tras día en dónde está tu hijo sin que te den una respuesta clara.

nullEsta angustia la causa una política administrativa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y del fiscal general, Jeff Sessions. Según su " política de tolerancia cero ", a cualquier persona que cruce la frontera sin visa —incluso quienes soliciten asilo y, al menos en uno de los casos que vimos, quienes intenten cruzar en garitas— se la considera infractora. Esto significa que les arrebatan a sus hijos y los meten en centros improvisados atestados mientras encierran a sus padres en un centro de detención del ICE o en una prisión federal sobrepoblada.

OPINIÓN: El gobierno de Trump usa mal el idioma con el fin de engañar

Aunque hay reportes contradictorios del gobierno que indican que esta política podría suspenderse temporalmente, el hecho es que esta política de "tolerancia cero" es una política de humanidad cero que tiene cero sentido.

Nuestros colegas de la Cámara de Representantes — David Cicilline, Vicente Gonzalez, Sheila Jackson Lee, Mark Pocan y Peter Welch— nos acompañaron el Día del Padre a visitar los centros en los que retienen a estas personas. Está claro que los padres y los niños están en el limbo, prácticamente sin acceso a asesoría o representación legal.

En este sistema kafkiano, aunque tengas una razón válida para pedir asilo en Estados Unidos, prácticamente no tienes forma de preparar un argumento sólido para solicitarlo, ninguna forma confiable de comunicarte con tus hijos ni garantías de que volverás a verlos.

OPINIÓN: Proteger a niños refugiados, una prueba a nuestra humanidad

Esta no es la forma de ser estadounidense. El símbolo de nuestro país es la Estatua de la Libertad, que contiene el mensaje: "Denme a sus cansados, a sus pobres, a sus masas apiñadas que anhelan respirar libres". Reemplazamos con esposas su antorcha, ese símbolo de la esperanza de hace siglos.

Trump y Sessions tienen que escuchar el clamor de los estadounidenses de ambos partidos y ponerle fin a esta mácula para nuestro país. Trump y su gobierno crearon esta política y el presidente puede levantar el teléfono en este momento para ponerle fin.

El miércoles 20 de junio, Trump —quien claramente sintió la presión— anunció una estrategia nueva y afirmó que le pondrá fin a esta aflicción para los niños. Sin embargo, los actos del gobierno indican que se trata de una nueva estrategia a largo plazo: el internamiento de la familia completa.

OPINIÓN: La política fronteriza de Trump, su política de contragolpe

La respuesta a una política que causa dolor a los niños no es cambiarla por otra política que cause dolor a los niños. Encarcelar a los niños junto con sus padres nunca es aceptable. "Esposas para todos" no es la solución. Es más, Trump no ha hablado de cómo —si es que ocurre— reunirán con sus padres a los 2,300 niños que han separado , lo cual causa una incertidumbre desgarradora para muchas de estas familias.

Es importante que Trump vea con sus propios ojos la enormidad del daño que su política ha causado. Como grupo, lo invitamos a reunirse con nosotros para contarle lo que vimos y oímos.

nullMejor aún, desafiamos al presidente Trump y a los arquitectos de su política (Sessions; el asesor Stephen Miller; la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, y al jefe de gabinete, John Kelly) a que visiten los mismos centros a los que fuimos y que vean el lugar en el que tienen a estos niños, que escuchen su llanto, que vean sus cuerpecitos envueltos en mantas espaciales, recargados en las cercas de malla o sentados en el piso de concreto.

OPINIÓN: Política inmigratoria de EU, cruel y mala para la economía

Desafiamos al presidente y al fiscal general a que visiten las prisiones federales y los centros de detención del ICE en el que los padres estresados y ansiosos pasan los días sin tener información sobre su porvenir o el de sus hijos, en donde la gente que intentó huir de la persecución ahora espera sentada en mesas de plástico, vestida con uniforme de preso.

Hablamos personalmente con las víctimas de las políticas del gobierno de Trump. Hemos visto con nuestros propios ojos que Trump y Sessions están causando un dolor y un sufrimiento brutales. Todo lo que hemos visto deja en claro lo que los expertos en niños en muchos campos han dicho: que esta política causa un trauma irreparable a los niños.

OPINIÓN: Alto a las campañas y al Mundial, hay que atender la crisis con EU

Hay una forma mejor. Podemos proteger las fronteras y abordar humanamente los casos de asilo al tiempo que protegemos a estos niños inocentes. El Departamento de Seguridad Interior ha usado alternativas a la detención que han dado resultados positivos y que han sido más eficientes que las políticas draconianas de detención en cuanto a costos. Deberían volver a echar mano de ellas.

Es hora de que todos los estadounidenses, de que todas las personas a las que les importa más el bienestar de los niños que las líneas partidistas, se comuniquen al Departamento de Justicia, a la Casa Blanca, al Departamento de Seguridad Interior y con sus representantes en el Congreso para exigirles que le pongan fin a cualquier política que perjudique a los niños como estrategia de disuasión. Trump se está tardando en ponerle fin a este horror.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión