OPINIÓN: La evolución de la asesoría financiera
Nota del editor: Hermino Padruno estudió Finanzas en la Universidad Iberoamericana, especializándose en Behavioral Economics en Harvard y Columbia. Durante los últimos seis años se desempeñó como analista senior de GBM Global y de Mexico Fund I, hedge funds multi estrategia de GBM, y hoy es director de Estrategia de GBMfondos . Encuéntralo en Twitter como @hpadruno . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Expansión) - Recientemente tuve la oportunidad de leer un artículo que trataba de cómo la profesión de la asesoría financiera ha venido evolucionando de manera constante durante los últimos 40 años y de cómo han habido etapas muy marcadas en esta evolución.
En un principio, en la llamada primera etapa que se estima fue hace unos 40 años, la práctica de la “asesoría financiera” básicamente se limitaba a recibir una asesoría relacionada con cómo generar ahorros en el pago de los impuestos y generalmente el servicio lo recibías de parte de un contador o de un fiscalista.
En una segunda etapa, la cual tuvo lugar hace unos 25 o 30 años, la práctica involucraba el acercarte a un bróker para pedirle asesoría respecto sobre los distintos productos que comercializaba. Estos productos básicamente eran seguros y fondos de inversión (técnicamente conocidos como sociedades de inversión). Cabe mencionar que las primeras sociedades de inversión como las conocemos hoy en día se remontan a los años 20's con la llegada del Massachusetts Investors Trust en Estados Unidos (¡el cual sigue en existencia casi 100 años después!). La oferta de productos era poco amplia y prácticamente era un “one size fits all”, pero al menos ya empezaban a enfocarse no solo en el ahorro de los impuestos, sino en la creación y preservación de un patrimonio.
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Hace cerca de 15 años empezó la tercera etapa, la cual estuvo marcada por la evolución de los brókeres hacia lo que hoy reconoceríamos como un asesor financiero. En esta etapa, derivado de la necesidad de diferenciarse y especializarse, los brókeres se dieron cuenta que tenían que transformarse y dejar de ser solo distribuidores de productos y convertirse en verdaderos asesores financieros de la persona. Del mismo modo, las necesidades de los clientes y la evolución de la industria resultó en la creación de las primeras soluciones personalizadas para atender necesidades particulares de los clientes, tanto a nivel producto como o a nivel asesoría.
La cuarta etapa, en la cual nos encontramos hoy en día, trata de la combinación de la tecnología y de la asesoría financiera. Esta fusión está resultando, del lado de los clientes, en una asesoría mucho más personalizada, efectiva, constante y económica; del lado de los asesores o de las empresas que prestan servicios de asesoría, permite la escalabilidad del negocio de una manera rentable y controlada, sin sacrificar calidad ni personalización en el servicio y ofreciendo más y mejores soluciones a los clientes.
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La tecnología, por ejemplo, permite mapear en su totalidad a un cliente, ya que da la capacidad de entender no solo cuál es el valor de su patrimonio y su perfil de riesgo, sino cuáles son sus hábitos de consumo y de ahorro, en qué etapa de su vida se encuentra, cómo le podrían afectar ciertas situaciones personales (hijos, compra mayor, retiro, etc.…) y externas (accidente, desempleo, etc.…). Permite llevar un seguimiento puntual y diario del cliente y ayuda a dejar el tema emocional de lado (el cual, en la mayoría de los casos, es el que nos lleva a tomar decisiones no adecuadas respecto al manejo de nuestro patrimonio).
Por último, y como lo he comentado en publicaciones anteriores y que a mi parecer es el mayor beneficio de la tecnología, en esta “cuarta etapa” vamos a seguir viendo, y seguramente a un ritmo mucho más acelerado, la democratización de la asesoría financiera (y de las finanzas en general) ya que la tecnología permite hacerla accesible para todas las personas, independientemente del nivel de su patrimonio, sin tener que reducir la calidad o el nivel del servicio en general.
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