OPINIÓN: Economía de la corrupción

Nota del editor: Jorge Sánchez Tello es Director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros-FUNDEF A.C. Centro de Investigación independiente con sede en el ITAM. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(Expansión) - El problema de la corrupción del sector público es un tema que está siendo discutido de manera creciente en el contexto del desarrollo económico y político de los países latinoamericanos.

Sin embargo, investigaciones realizadas con un número grande de países sugieren que la corrupción puede tener un efecto negativo importante en los niveles de inversión, crecimiento, igualdad y bienestar de una economía.

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Ciertamente, este es un problema complejo e intervienen en él numerosas fuerzas que son difíciles de describir y evaluar. Entre ellas, factores sociales, culturales, políticos, económicos e históricos.

Los problemas y las soluciones de un sistema en el que ocurren casos aislados de corrupción, no son iguales a los de un sistema en el que la corrupción es generalizada. La corrupción en Canadá no es igual a la de México, no solo por una cuestión de grado sino de causas y efectos diferentes.

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El problema de la corrupción en México y América Latina es bastante grave. Los niveles de corrupción son altos comparados a los de otras regiones en desarrollo del planeta y se está muy lejos de alcanzar los estándares de los países desarrollados en cualquiera de los indicadores de situación institucional.

En México existen casos documentos de casos de corrupción en diferentes niveles de gobierno y tal vez uno de los problemas más serios es que el respeto a las leyes es sorprendentemente bajo, incluso por debajo del nivel africano, lo que revela el grave problema de gobernabilidad que se da en algunos municipios con altos niveles de violencia.

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Dada la existencia de marcos regulatorios adecuados, el problema de la corrupción no parece provenir de la falta de leyes, sino de su escasa aplicación y la falta de medidas de control.

Al analizar los datos que publica cada año Transparencia Internacional, encuentro que los cinco países de América Latina que se encuentran entre aquellos donde es más grave la situación a nivel mundial son Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Venezuela, en tanto que solo tres países presentan indicadores aceptables, pero no excelentes, (Chile, Costa Rica y Uruguay). Es notable que los países que tuvieron mayores niveles de riqueza (Argentina, Brasil, México y Venezuela) se encuentran entre aquellos con problemas profundos de respeto a las leyes.

Las áreas más afectadas por la corrupción son los servicios públicos, las licitaciones y adquisiciones públicas, la recaudación de ingresos fiscales (impuestos, aduanas), el nombramientos de funcionarios y la administración de gobiernos locales.

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Por el contrario, la correlación entre los índices de corrupción y la ineficiencia del sistema legal en América Latina es virtualmente nula (2%), en tanto que a nivel mundial ésta alcanza a 80%. Este es un elemento distintivo del caso latinoamericano, que podría ser reflejo de la tradición legalista española y que sugiere que una fuente posible de control de la corrupción y mayor eficiencia económica radique en reformar el sistema legal, según el “Journal” y “Corruption Growth” de Paolo Mauro.

En los documentos "The Causes of Corruption: A Cross-National Study" y en “Corruption, Public Investment, and Growth”, los autores señalan que el origen de la corrupción es la excesiva –y, frecuentemente, incorrecta– regulación de los mercados por parte del Estado. La excesiva regulación le permite a los funcionarios públicos capturar las cuasi-rentas que se derivan de las restricciones impuestas por las regulaciones. Adicionalmente, la corrupción aparecería como una manera de esquivar los costos de los errores cometidos por el Estado al regular.

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La cultura legal de una sociedad es una forma importante de delimitación de lo público y lo privado. La existencia de una cultura de la ilegalidad generalizada o reducida a grupos sociales que saben que "la ley no cuenta para ellos" fomenta la corrupción y la tolerancia social hacia ella.

Es un tema complejo pero al final existen soluciones que se pueden hacer en el corto plazo para disminuir la enorme corrupción que hay en México y es la aplicación de las leyes vigentes.

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