(Expansión) - Hoy más que nunca, las ideas deben estar al servicio de las acciones. Una idea debe provocar un movimiento, debe inspirar cambios, debe activar. No se necesitan ideas inertes o demasiado sofisticadas. Necesitamos ponernos creactivos con ideas que usemos todos los días, que sean honestas y que sirvan para tener un mundo mejor. Ponernos creactivos es brincar de la silla y generar pensamientos positivos que provoquen círculos virtuosos, con un sentido social, comunitario y colaborativo que aliente a hacer las cosas con una nueva óptica o con un pequeño ajuste que genere grandes diferencias.
Pongámonos "creactivos" para ir a trabajar
Podemos empezar poniéndonos creactivos en los lugares de trabajo. Las empresas, de todos tamaños, que contratan personal en las grandes ciudades de nuestro país, piden un currículum y exigen experiencia, en muchas ocasiones demandan buenos skills de productividad, de adaptabilidad, de trabajo en equipo, de pensamiento crítico y además como si fuera poco es requisito la buena presentación, pero, ¿a cuántas de estas compañías les importa dónde viven sus colaboradores? Si viven a 10 minutos de la oficina o a dos horas les da lo mismo con tal de que lleguen puntualmente a su hora de entrada todos los días.
Dos horas de ida al trabajo y dos horas de regreso a casa son dos meses completos del año perdidos en transportarse. Entonces, ¿por qué las empresas no hacen algo al respecto?
Imaginemos por un momento que por reglamento todas estas empresas tuvieran por norma contratar al 10% de su personal con una condición especial: vivir a máximo 5 kilómetros de distancia de donde trabajan.
Cinco kilómetros o menos, lo que los estadounidenses llamarían “walking distance”, provocaría que un 10% del personal de las empresas no tuviera que usar transporte y por lo tanto caminaría, algo que además de saludable debería de diminuir en algún porcentaje el tráfico hacia los lugares de trabajo. 10% de las personas obtendrían como prestación tácita hacer ejercicio pero sobretodo tendrían la garantía cotidiana de, al no tener en contra el factor del tráfico, ganar mayor tiempo de convivencia con sus familias. Pero además en esta época moderna de movilidad, la opción de llegar caminando no es la única, las personas usan bicicletas, scooters, patinetas o monociclos y con ello el tiempo de recorrido disminuye y la calidad de vida aumenta.
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Imaginemos por un momento que esto se pudiera implementar y decenas de empresas se sumaran a este esfuerzo; por ejemplo en la zona de Santa Fe en la Ciudad de México, que en promedio llegan todos los días a trabajar 300,000 personas. ¿Qué pasaría con ese 10% de personas? 30,000 en promedio si no fallan las matématicas ¿Cuántos camiones de transporte público menos se necesitarían al día?, ¿Cuántos taxis, Uber, o autos particulares menos? ¿Cuántos miles de litros menos de gasolina consumiríamos?, ¿De cuántos decibeles menos en el ambiente nos libraríamos?
Y si esta idea se activa con pensamientos complementarios como la implementación de entradas y salidas en las oficinas con horarios escalonados, con ¨home office¨ institucionalizado y flexible , con protocolos para medir el desempeño con resultados y no por calentar la silla... muy probablemente el tráfico, el estrés, el sedentarismo y la contaminación se reducirían, mientras que la convivencia, la felicidad, la salud, el tiempo libre y, en general, la calidad de vida aumentarían.
Eso es ponernos creactivos. Es provocar que las ideas, las ideas simples, generen soluciones honestas pero, sobre todo, que tengan un alto sentido humano.
Nota del editor: Miguel Mendiola es Director general y socio Fundador de La Doblevida.
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